26 ago 2007

Cork August 2007- Obuaro 102








Cork by Arteche Agosto 2007

28 jun 2007

Espejos. Borges- Obuaro 99

Borges. Espejos

"Él había adquirido poco a poco, desde niño, la virtud o el defecto según se mire, de adornarse de espejos. Es por esto que, desde siempre, le había resultado facilísimo relacionarse con los demás. Cualquiera que le viese tenía siempre la impresión de estar tratando con alguien realmente brillante (llevaba espejos, ¿recordáis?), alguien portador de una especie de luz propia que atraía inevitablemente al resto de personas. Si bien esta atracción era innegable, no bastaba por si sola para que las personas permaneciesen por mucho tiempo a su lado. ¿Cuántos somos capaces de enfrentar permanentemente nuestro propio reflejo? Todos los que a él se acercaron acabaron por marchar desengañados; convencidos, eso sí, de haberle conocido perfectamente aunque en realidad nunca le hubiesen visto. Es por esto que aquel uniforme reflectante que él mismo se confeccionase, ya en su niñez, para ir por el mundo, acabó convirtiéndose en una mortaja iridiscente que, pese a todos sus brillos y destellos, no dejó nunca ya de ser una mortaja. No puedo contestaros si eso le producía dolor. ¿Lo imagináis? Cuando intenté descubrirlo, asomando mis ojos escrutadores a sus ojos, sólo descubrí mi mirada solícita intentando descifrar los misterios que escondía, a través de su armadura de cristal.
Me fue imposible por tanto, y sólo pude ver, en su andamiaje de espejos, el reflejo cansado de mi propia decepción. Me alejé de él, como todos los demás.
No puedo saber si él lo sintió".

22 jun 2007

Sinkin' Soon. Norah Jones - Obuaro 98

Norah Jones - Sinkin' Soon

We're an oyster cracker on the stew,
And the honey in the tea,
We're the sugar cubes, one lump or two,
In the black coffee,
The golden crust on an apple pie,
That shines in the sun at noon,
We're a wheel of cheese high in the sky,
But we're gonna be sinkin' soon.

In a boat that's built of sticks and hay,
We drifted from the shore,
With a captain who's too proud to say,
That he dropped the oar,
Now a tiny hole has sprung a leak,
In this cheap pontoon,
Now the hull has started growing weak,
And we're gonna be sinkin' soon.

We're gonna be
Sinkin' soon,
We're gonna be
Sinkin' soon,
Everybody hold your breath 'cause,
We're gonna be sinkin' soon

We're gonna be
Sinkin' soon,
We're gonna be
Sinkin' soon,
Everybody hold your breath 'cause,
Down and down we go.

Like the oyster cracker on the stew,
The honey in the tea
The sugar cubes, one lump or two?
No thank you none for me.
We're the golden crust on an apple pie,
That shines in the sun at noon,
Like the wheel of cheese high in the sky
Well ... we're gonna be sinkin' soon

8 jun 2007

César Vallejo. Espergesia. Obuaro 97

Espergesia. Cesar Vallejo

Yo nací un día
que Dios estuvo enfermo.

Todos saben que vivo,
que soy malo; y no saben
del diciembre de ese enero.
Pues yo nací un día
que Dios estuvo enfermo.

Hay un vacío
en mi aire metafísico
que nadie ha de palpar:
el claustro de un silencio
que habló a flor de fuego.

Yo nací un día
que Díos estuvo enfermo.

Hermano, escucha, escucha...
Bueno. Y que no me vaya
sin llevar diciembres,
sin dejar eneros.

Pues yo nací un día
que Díos estuvo enfermo.

Todos saben que vivo,
que mastico... Y no saben
por qué en mi verso chirrían,
oscuro sinsabor de féretro,
luyidos vientos
desenroscados de la Esfinge
preguntona del Desierto.
Todos saben... Y no saben
que la luz es tísica,
y la Sombra gorda...
Y no saben que el Misterio sintetiza...
que él es la joroba
musical y triste que a distancia denuncia
el paso meridiano de las lindes a las Lindes.

Yo nací un día
que Dios estuvo enfermo,
grave.

Gil de Biedma. Noches del mes de junio. Obuaro 96

Noches del mes de junio. Jaime Gid de Biedma.

Alguna vez recuerdo
ciertas noches de junio de aquel año,
casi borrosas, de mi adolescencia
(era en mil novecientos me parece
cuarenta y nueve)
porque en ese mes
sentía siempre una inquietud, una angustia pequeña
lo mismo que el calor que empezaba,
nada más
que la especial sonoridad del aire
y una disposición vagamente afectiva.

Eran las noches incurables
y la calentura.
Las altas horas de estudiante solo
y el libro intempestivo
junto al balcón abierto de par en par (la calle
recién regada desaparecía
abajo, entre el follaje iluminado)
sin un alma que llevar a la boca.

Cuántas veces me acuerdo
de vosotras, lejanas
noches del mes de junio, cuántas veces
me saltaron las lágrimas, las lágrimas
por ser más que un hombre, cuánto quise
morir
o soñé con venderme al diablo,
que nunca me escuchó.
Pero también
la vida nos sujeta porque precisamente
no es como la esperábamos.

27 abr 2007

Polga. Por la cándida adolescencia- Obuaro 95

POR LA CÁNDIDA ADOLESCENCIA

El mundo se convierte en lo que es: una fiesta salvaje en la que el fuego
es un precio que acepto por las veces en las que igual que un sol brilló mi vida,
pues solo brilla así lo que se quema.
(Vicente Gallego).


Laura ante el espejo del dormitorio se atusaba su media melena luciendo sus mejores galas cuando Germán abría la puerta de la calle con ese ademán cansino propio de los viernes por la tarde.
Aquella noche tenían una cena con sus viejos y antiguos amigos, otrora de cada uno, hoy ya comunes. Era la cena mensual, esa “ ineludible” cita en a la que solían asistir una vez al mes, pero ya hacía tres meses que el trabajo, los hijos, las dietas, el cumpleaños de la suegra, los achaques de la edad, y el hígado de Germán, se lo habían impedido.

Él, en contra de los consejos del que llamaba el Dr. Infierno se sirvió una cervecita, mientras esperaba que Laura se cambiara por tercera vez de vestido en un vano intento por disimular el prominente vientre que decía no saber por qué, había echado.

El ritual previo a estas cenas desencadenaba una serie de reacciones ataque contraataque entre ambos que parecían no poder o bien no querer evitar, jugando como los niños que ya no eran. Germán se quejaba de que siempre se celebraran las dichosas cenitas los viernes porque él estaba cansado del trabajo. Los otros podían quedar sin problema los viernes porque no daban un palo al agua, pero él... Parecía, por sus afirmaciones ser la única persona que trabajaba, y que además lo hacía duro y bien, y no había más que decir.

Laura repetía que ella trabajaba fuera y en casa y que se encargaba de los niños, porque tener hijos no era solo traerlos al mundo como pensaban algunos. Asumía ese papel de mujer liberada de tertulia radiofónica que impedía (paradoja esta) cualquier tipo de réplica posterior.

Cierto es, que en el fondo, ambos experimentaban la sensación de que la cita era inevitablemente agradable, una de las rutinas menos tediosas de su vida cotidiana. Buenos amigos y tiempo para compartir la antigua alegría de estar juntos. Todo en un intento de engañar a la desilusión.

El primer impacto del encuentro siempre era duro. Los saludos de rigor, el qué tal los niños, el frío o el calor, y el maldito tráfico. Esas miradas que buscaban complacientes una cana o una incipiente calvicie en el amigo; las arrugas de al comisura de los labios, o la flacidez de la parte superior del brazo de la amiga. Superados estos primeros momentos de tensión, se rompía definitivamente el hielo, la atmósfera se relajaba y fluía naturalmente el segundero del tiempo. Se dejaban ir, y les embargaba ese sentimiento de camaradería en el que las barreras descienden lentamente, pero sin remedio. En el que la arruga, si bien no es bella, le da a uno mucha personalidad, los kilos de más le dan cierta tersura a la piel y hasta se adivina un bonito perfil de cabeza entre nubes y claros del escaso pelo.

Una vez sentados y con esa botella de buen vino como testigo, el ritual se iniciaba con ese brindis en que levantaban sus copas por la cándida adolescencia evocando con sus miradas memorias que no eran ni muchos menos de África. Era el brindis que Germán, buen aficionado al cine, había pronunciado en esa primera cena por los viejos tiempos, haría de eso ya casi cinco años.

Laura iniciaba la conversación con unos de esos temas de actualidad propio de una persona de su tiempo, con criterio, y bien informada. La tasa de paro, los tipos de interés, la progresiva globalización, y las tensiones inflacionistas que disparan los precios reduciendo considerablemente el poder adquisitivo del contribuyente.

A continuación, llegaba el turno de quejas contra el mundo, ese que no les comprendía y las excluía de sus planes sin su permiso. Ahí, Germán tomaba el relevo para recordarles irónicamente que para ellos el mundo no era mas grande que la mesa alrededor de la cual estaban sentados, que no tenían ningún derecho a quejarse, y que no tendrían vergüenza si lo hicieran. Sería un ejercicio de autocomplacencia con el que solo pretendían escabullirse de ser uno mas en la corte de súbditos traviesos que buscan desde su ira terrible ser adulados y sentirse a la vez bien con ellos mismos. Una gran burla, una gran mascarada.

Laura intervenía entonces abandonando el tono de reproche para combinar con éxito el chiste casi soez, la palabra malsonante y el humor grueso con los grandes ideales por la libertad y la justicia a lo Simón Bolívar, como cuando niña, más bella que nunca, intentando inútilmente arar en el mar. Criticaba con ingenio y habilidad, como solo ella sabía, ante la mirada de aprobación de Germán acontecimientos familiares cotidianos y problemas sexuales del común de las parejas. Solo ella, y el insigne Woody Allen eran capaces de teñir de cierta ternura y encanto hechos tan rutinariamente vulgares.

La realidad se fragmentaba, no importaba. La nostalgia se colaba sin invitación ocupando la cabecera de la mesa. Ella era la anfitriona a la que llenaban una y otra vez la copa. Los recuerdos cambiaban y Germán se convertía, narrado por el mismo, en un perfecto Calibán, una mezcla de D. Juan y patán conquistador que las mataba solo con la mirada. Y Laura sonreía porque allí sentada le veía defensor de la vida, rebelde, arriesgado, como cuando niño, más alto que nunca. Solo él y posiblemente Gregory Peck en el Manantial sabían culminar tan histriónica escena con ese gran beso final.

Entre risas exageraban sus conquistas, sus aventuras, sus flirteos. Rescataban sus olvidados orgasmos. Ante tanta euforia Laura instintivamente destapaba discretamente sus hombros para lucir lo oculto de su insinuante cuerpo, y Germán destapaba ostensiblemente su boca para lucir lo oculto de su generosa alma. Y a todos, les acudía al estómago esa dulce congoja mezcla de sólido, líquido y gaseoso, ese cisne negro de Kant, que era la amistad.

Y así, transformaban las derrotas en victorias, tantas victorias como sonrisas, tantas victorias como sorbos daban a sus bonitas copas, tantas como propósitos de rearme en el círculo de flotación de sus maltrechas almas.

Y el concierto subía de tono. Cada uno hacía sonar su instrumento como el mejor maestro en estado de gracia. Y sonaban, y hacían esa música de la cándida adolescencia golpeando con sus cubiertos las copas a la manera que les enseñara Fofó en “Había una vez un circo..”. Y la virtuosidad de sus sueños incumplidos e imposibles les unía más de lo que está unida la muerte al porvenir de cada hombre. Nada, desveladas ya sus fortalezas y debilidades, nada, podría separarles, sin romperlos.

Renacía el orgullo entre ellos, planeaban fines de semana, retaban al tiempo, desafiaban al espacio, prometían que nunca faltarían a la cita; ni niños, ni trabajo, ni suegras, ni dietas, ni el hígado de Germán, que había prometido que se lo tomaría por fin en serio. Levantaban sus ánimos y acababan con las defensas completamente rotas. Terminaban cantando, sin el más mínimo pudor en un karaoke de barrio cualquier rancia ranchera a dúo con Rocío Durcal; ó imitando a Fred y Ginger, o a Travolta moviendo los pies con la ligereza de Aquiles y elevándose por los aires con la facilidad de Jordan. A ratos, bailaban agarrando a la vida por los pelos en un esfuerzo por hacerle el boca a boca para que no les dejara, para que aunque solo fuera por ese momento les permitiera morder algo más que el polvo.

El ascenso les seducía como antes lo hiciera el descenso. Porque había algo de atracción en el vértigo que conducía al vacío de la esperanza. Quizá no era más que un nuevo despertar, no menos, que el reverso de la desesperanza.

Y al final de la noche, Germán y Laura, sin saber cómo, acababan sentados uno al lado del otro, exultantes, pensando que habían vencido al destino y su triunfo era el de estar juntos y junto a sus amigos aquellas noches mensuales de los viernes.

De regreso a casa, ella conducía lentamente mientras él, como un prestidigitador se sacaba de la manga una copa y farfullaba brindando una y otra vez con el retrovisor por la cándida adolescencia y los paraísos perdidos y nuevamente encontrados.

Laura se quitaba las medias, evitando el espejo del dormitorio, deslucida por sus mejores ojeras. Germán, a duras penas, abría el embozo de la cama y abrazando su copa le decía que la quería, que nunca había dejado de quererla, como cada viernes por la noche cuando regresaban de la cena con sus amigos. Como algún que otro sábado. Fruto de sus cándidos sueños... adolescentes.


polga@copyright

25 abr 2007

Felipe Benítez Reyes. La condena- Obuaro 74

La condena- Felipe Benítez Reyes

El que posee el oro añora el barro.
El dueño de la luz forja tinieblas.
El que adora a su dios teme a su dios.
El que no tiene dios tiembla en la noche.

Quien encontró el amor no lo buscaba.
Quien lo busca se encuentra con su sombra.
Quien trazó laberintos pide una rosa blanca.
El dueño de la rosa sueña con laberintos.

Aquel que halló el lugar piensa en marcharse.
El que no lo halló nunca
es desdichado.
Aquel que cifró el mundo con palabras
desprecia las palabras.
Quien busca que las palabras lo cifren
halla sólo palabras.

Nunca la posesión está cumplida.
Errático el deseo, el pensamiento.
Todo lo que se tiene es una niebla
y las vidas ajenas son la vida.

Nuestros tesoros son tesoros falsos.

Y somos los ladrones de tesoros.



De El equipaje abierto.

Tejer- Obuaro 55


31 mar 2007

Polga. XI premios de la música- Obuaro 94

Los premios de la música XI edición jueves 29 de marzo de 2007

(A Alfredo)

¡Que triste y aburrido es el panorama oficial musical de nuestro país!. Y así ha sido la gala de la entrega de premios de este año en su XI edición. Los nominados, los que hay y se conocen. Los premiados los que se esperaban, Dover, Fito y Drexler, la gala un auténtico peñazo.

El inicio fue en la 2 de TVE a las 22.30 de la noche y terminó a eso de las 2 de la mañana, una tortura larga y cruel. La aguanté por motivos no sólo afectivos y personales, aunque también. Uno de los grupos nominados en el apartado de rock revelación, que fue además el último premio concedido, era Le Punk, uno de mis preferidos y de los buenos, un oasis en el desierto de convencionalidad y previsibilidad del panorama musical.

Los que me conocen explicarán mi paciencia, virtud de la que carezco, por el parentesco que me une a uno de los componentes de Le Punk, “Alfa”, lo que es cierto y además me enorgullece. Podría afirmar, sin miedo a mentir, que si en Le Punk no estuviese Alfredo y pudiese escuchar y disfrutar ese puñado de canciones en las que se puede pasar del “nacemos solos, y moriremos solos(*1)” al “ que deje de ser virgen y de estar tan sola(*2)” y al “es necesario tener alguien con quien brindar(*3)” recorriendo de esta manera todos los estadios que llevan al ser humano de la reflexión a la ironía y de la ironía a la risa, y de risa al dolor, y del dolor a la camaradería, repito, sin Alfredo también me habría quedado a soportar la soporífera gala con la esperanza de ver compensada mi espera. Creo que Le Punk lo hace muy bien, su música sin complejos, sus canciones interesantes, sus letras, de lo mejor (y aquí se que Le Punk no sería nunca Le Punk sin Alfa), su directo, una bomba, su banda, un placer. Y además tiene este grupo algo de lo que ha adolecido esta gala y la mayor parte de sus participantes y de los músicos pop actuales, es una banda muy, muy divertida. Con sólo esta reflexión habría sido bastante para darse cuenta que en el imperio de lo aburrido nada tenía que hacer una banda divertida aún cuando estuviera nominada por el apartado “revelación”, o quizá por eso me parecía que podía tener muchas posibilidades.
(*1) De No disparen al pianista " Nacemos solos"
(*2) De No disparen al pianista " La Virgen de la soledad"
(*3) De No disparen al pianista" Compañeros"

Dicho esto y con el convencimiento que lo que aquí escribo no habría variado ni un ápice si Le Punk hubiera sido uno de los ganadores quiero comentar lo que me ha parecido esta entrega de premios organizada por los defensores del canon digital, este gran tostón.

La puesta en escena se basaba en la idea infantil y pretenciosa de que el presentador de la gala fuera un hombre del futuro que había viajado al presente para prevenirnos de un futuro negro y catastrofista en el que no existía ni la libertad ni la música. La alegoría y todo este viaje en el tiempo era totalmente innecesaria, no sabemos lo que nos deparará el futuro musicalmente hablando pero peor que el presente que nos mostró la gala, no puede ser. Eso es, si el futuro va a ser peor que esto, apaga y vámonos. El guión y los añadidos de atrezzo de la presentación de los premios resultaron pretenciosos, aburridos y sobre todo daban vergüenza ajena.

Sí, ya sé que eso de sentir vergüenza ajena no es moderno, y que ahora no se lleva. Que hacer el ridículo se ha convertido en un modo habitual de conducta aprobado por los nuevos tiempos. Ya nadie hace el ridículo porque todo vale, todo es respetable y nada se sabe y no hay nada mas osado que la ignorancia, y el no saber y el no ser consciente de que no se sabe conduce inevitablemente a la vergüenza ajena de los que todavía conservamos sentido del ridículo, del saber, y de lo que no sabemos. Los mensajes pseudo inteligentes emitidos durante el evento por esa pantalla que reflejaba el futuro nos sonrojaron, los excesos del presentador y sus pretendidos juegos irónicos nos cansaron e irritaron, los discursos de algunos de los premiados nos enervaron. En el futuro no hay libertad ni música y ahora sabemos por qué, porque en la música del presente hay discursos y líneas de pensamiento tan mercantilistas, conservadoras y retrogradas como la que sin pudor expresó el incombustible Teo Carralda desde el escenario tras ser premiado en el apartado nada menos que de “mejor canción en gallego”. El futuro que preconizaban en la pantalla del escenario, con esa visión de la realidad, de la creación, de la música y de la expresión artística, es inevitable, el futuro está ya aquí. Negro, triste, oscuro, castrador, enemigo del progreso, censor, excluyente y poco imaginativo.

Cuando fui consciente de todo esto fue cuando empecé a tener miedo no del futuro si no del presente, y me desasosegó constatar que el presente no ha cambiado en los últimos 20 años, que desde los mitificados 80 casi nada ha cambiado. Que los personajes que fueron innovadores entonces han dejado de serlo pero no han dejado paso a otros, que las nuevas generaciones no han llegado no sabemos si por falta de calidad, oportunidad o ambición, que en la música pop oficialista tener menos de 40 años es un obstáculo para formar parte de la secta que se autoalimenta, se autoprotege, se autopremia y se autoproclama única y moderna y que permiten asomarse a sólo unos pocos que se abren paso a duras penas a golpe de promo-marketing o de una calidad que roza la genialidad y siempre entre el beneplácito y la sonrisa complaciente de sus mayores, que todavía les quitan el balón en el patio para no dejarles jugar.

Esos músicos que trajeron aire fresco en los 80 se han acomodado, aburguesados (y no solos por sus kilos de más), han montado el chiringuito del mercado discográfico a su medida, han copado los puestos en los despachos, en las agencias, en los locales de música en directo, en las emisoras de radio, en los estudios de grabación. Es un traje en el que nadie mas que ellos puede entrar. Un sala de fiestas con un portero muy exigente que por lo que se ve en el interior selecciona la entrada aplicando los mismos criterios que para la asistencia al festival de Benidorm que aprendió cuando era niño.

No pretendo decir que nada vale de los felices 80, que son los míos, y por los que siento una enorme simpatía y nostalgia de juventud. Pero si los de los 80 queremos seguir imperando en el 2007 tenemos que aportar algo nuevo, trabajar, crear, creer en algo y no instalarlos en el simulacro de un pasado que en numerosas ocasiones solo existe en nuestra imaginación, ni hacernos fuertes en unos lugares comunes que no son mas que una leyenda urbana. Ni todos estuvimos en París en mayo 68, ni en Rockola en el 84, ni en el Oliver en el 75, ni en reuniones clandestinas en las que se leían libros prohibidos durante la dictadura, ni asistimos a representaciones en la ópera de Viena. Así es, las personas somos como la resistencia a los antibióticos, unos abusan de ellos y todos nos vemos afectados, no somos mas que el resultado de esa historia acumulada, del que estuvo en París, en Rockola, en Oliver, en la reunión clandestina, y en la ópera, pero también del que estuvo en la cola para rendir homenaje tras su muerte a Franco, del que se fue becado durante la dictadura a EEUU, de los que asistían con ilusión a los estrenos de las comedias de Esteso y Pajares, y de los que compraban los discos de nuestras folklóricas ahora reconvertidas al socialismo o al frikismo televisivo. Si tenemos memoria, que sea para todo.

Tampoco pretendo apartar a las vacas sagradas de eventos musicales como este.. Ni al gran Pedro Iturralde ni a Sabina, Serrat o Raimón que forman parte de nuestra música y nuestra historia y porque Mediterráneo es un “temazo”, por el “al vent la cara y el cor al vent”, y porque pocas veces hemos oído algo tan descriptivo como ese “mas triste que un torero, al otro lado del telón de acero, así estoy yo sin ti”. Porque nada hay más triste que la exclusión y el sectarismo en la música o cualquier otra expresión artística, porque solo allí parece que el ser humano se eleva y trasciende, porque en su expresión y su disfrute encuentra el hombre su razón de ser y su destino. Por eso, o simplemente porque alegra el alma y despierta las conciencias, o por ambas cosas. O porque cuando te gusta alguien le dedicas una canción, un poema, o le invitas a un concierto o al cine, o porque puedes hablar con los demás de ello y disfrutar y sentir que algo tiene sentido en el absurdo camino de la vida. O porque sí, o ¿por qué no?. Para que la gente se exprese como quiere y donde quiera a su manera, y porque retiremos el velo invisible de nuestras cabezas y de nuestros oídos. Porque la cultura es de todos, y también la música. Por una verdadera democratización de la música y del arte.

Todo lo contrario a lo que ha sido esta entrega de premios, visualmente pobre, pasada de moda, poco imaginativa, repetitiva, sin sitio para nada nuevo, previsible, aburrida, autocomplaciente…

Y encima no han premiado a Le Punk, bien es verdad que no he escuchado a la premiada en su lugar y seguro que lo ha merecido. Pero entiéndanme, eran las dos de la mañana, había informado a todas mis amistades de la retransmisión del premio y de la posibilidad de que lo ganara Le Punk. Y nos habíamos quedado compuestos y sin novio. Y eso que los constantes mensajes de móvil entre todos nosotros nos amenizaron la velada. La aparición de Falete que entregó un premio y al que los premiados dudaron si darle una beso o la mano, el histrionismo y falso ingenio del presentador, la pantalla del futuro con una individua cantándole a una oreja, la confusión de muchos de los lectores de los premiados que evidenciaba que no habían ensayado ni preparado nada y que ni tan siquiera sabían a quien le entregaban el galardón, nos permitió entre risas soportar hasta el final de la gala.

Y no pudo ser, pero seguiremos esperando que toque la banda, porque la canalla sigue tus pasos muy de cerca Alfredo y Le Punk, porque estamos esperando vuestro siguiente disco y vuestro próximo concierto, y mientras danzad danzad malditos, que seguro que después de 24 h. seguís de fiesta, la verdadera, y eso que no habéis ganado el premio. Córdoba está envenenada y divirtiéndose, esperando despertarse sin saber como en una "isla llena de hombres depilados(*4)".
(*4)De No disparen al pianista" El Basker"

Nos vemos en el infierno...



Polga Marzo 2007

26 mar 2007

Polga(film). Down by law. Jim Jarmush- Obuaro 93



Desde que ví esta película "Down by Law" allá por el 1986 con Miguel cuando me siento en prisión( no menos de una vez por semana) no puedo evitar recordar la escena de la prisión en que Benigni aprende inglés...y reproducirla a mi manera empezando a repetir cada vez mas alto hasta chillar el

i screama you screama we all screama for ice cream...

Una brillante película de Jim Jarmusch con un Tom Waits que se sale, un Roberto Benigni al que todavía se podía soportar y John Lurie. El argumento de la película era una huída de la cárcel de tres individuos en su volver a empezar por los campos de New Orleans y Lousiana.

- It's not where you start - It's where you start again -

20 mar 2007

Le Punk Sala El Sol 9-3-07 Veneno- Obuaro 92

El pasado día 9 de marzo en la Sala El Sol de Madrid actuaron Le Punk. Cártel de "no hay billetes" y Alfa acompañado en este venenoso arte del cante por la canalla.

Por los días en los que levantarse parece una broma....

Casorvida- Obuaro 91


19 mar 2007

Antonio Gamoneda. Edad- Obuaro 48

Edad- Antonio Gamoneda

Edad, edad, tus venenosos líquidos.
Edad, edad, tus animales blancos.

Polga (film). Luces al atardecer. Aki Kaurismäki- Obuaro 90

Luces al atardecer by Aki Kaurismäki



Luces al atardecer. Una metáfora de la soledad de un hombre hierático que asiste sin pestañear a ese ineludible destino fatal. Un hombre perplejo, un perdedor sin furia ni futuro. " un perdedor nato, fiel como un perro, un idiota romántico".

Lights in the Dusk





Casorvida. Tunel 63- Obuaro 89

En Casorvía no hay mozas
en Malvedo son pequeñas,
en la Frecha barrigúas
y en Hirias platiqueras.


Casorvida- Obuaro 88



Casorvía tente firme
que Malvedo ya cayó
y la Frecha está temblando
del susto que se llevó.

Polga. Engaño- Obuaro 87

Nunca quise hablar de mí sinceramente
fingí a menudo ser quien no era
Como todos alguna vez
por juego o miedo
me he disfrazado por dentro y por fuera.

La vida de los otros no me importa
no por bondad
sino por tener bastante con los unos
y conmigo, que es para tanto

Me equivoqué a menudo
y me sigo equivocando
siempre muy a mi pesar
con mis muchas culpas cargando

Busqué sin encontrar
y sigo buscando
la verdad, la belleza y perfección
a la vista está
sin nunca lograrlo

Deudas con otros no tengo
pero sí conmigo misma
el enemigo mas serio
al que hasta ahora me enfrento

Me quieren mas que quiero
o eso dicen, no me quejo
De la realidad me defiendo
panza arriba, como puedo
a golpe de ficción y sueños

A veces pierdo el rumbo
me obsesiono y me confundo
las neuronas se aceleran
se dispara la cabeza:
coche, casa, casa, amigo
amigo, Homero,
para acabar en Quevedo…

Una bala me atraviesa
Estoy tocada, piso en falso
todo es negro,
me sumerjo, me indigesto,
me torturo
la locura se presenta

Nos hablamos, nos retamos,
agotamos
y por fin una nueva tregua nos damos
Hasta pronto, ya me río
que no me abandone la suerte…

Nunca queriendo he hecho daño
no por bondad
sino porque me olvido contando
cuentos, historias, milongas, tarantos…
o con la locura pactando

Nada nunca es tan serio
que no permita humor por medio
Y nunca me atrevo
por no ser cursi
a hablar de los amigos,
el único triunfo que de verdad tengo.

Nunca quiero hablar de mí sinceramente
finjo a menudo ser quien no soy
digo lo que no es, enredo
por juego o por miedo
me disfrazo por dentro y por fuera
y engaño con estos pésimos versos…

18 mar 2007

Mark Rothko- Obuaro 72

Underground Fantasy- Mark Rothko

Entrance to Subway- Mark Rothko