29 jul 2010

Congojas del estío 3- Obuaro 184

La añoranza fácil

Si dijera que añoro el otoño no mentiría. También sé que la mayor parte de la gente no comprendería de qué hablo. Ese estar con la gente y no contar tus planes de verano. Ese no querer hacer cosas excepcionales. Ese discurrir entre una nada no cuestionable. Esa rutina aplastante que convierte en novedad un pequeño desvío. Ese no sentirse tan solo, tan lejos.

Y cuándo llegue el otoño añoraré el invierno pasado o quizá esa primavera suave de 2003 que me invitó a creer en la inalcanzable felicidad. O esa sonrisa fácil de 2002. O ese "todo va a ir mejor" de 2001. O aquel "alcanzaré mi sueño" de 2000. O aquel carcajeante café con cucaracha de 1999.

@arteche

7 jul 2010

Ángel González. El día se ha ido- Obuaro 183

El día se ha ido- Ángel González

Ahora andará por otras tierras,
llevando lejos luces y esperanzas,
aventando bandadas de pájaros remotos,
y rumores, y voces, y campanas,
-ruidoso perro que menea la cola
y ladra ante las puertas entornadas.

(Entretanto, la noche, como un gato
sigiloso, entró por la ventana,
vio unos restos de luz pálida y fría, y
se bebió la última taza.)

Sí;
definitivamente el día se ha ido.
Mucho no se llevó (no trajo nada);
sólo un poco de tiempo entre los dientes,
un menguado rebaño de luces fatigadas.
Tampoco lo lloréis. Puntual e inquieto,
sin duda alguna, volverá mañana.
Ahuyentará a ese gato negro.
Ladrará hasta sacarme de la cama.

Pero no será igual. Será otro día.

Será otro perro de la misma raza.

Congojas del estío 2- Obuaro 182

El Golpe

El mundo se mecía, aparecía y desaparecía a mi alrededor. O quizá era mi cabeza que iba y venía con ritmo cadencioso hacia la temida decrepitud. La lámpara se clavó en el suelo. La cabeza buscaba aterrizar en el techo, entre los cristales de la lámpara, que parpadeaban engañando la oscuridad. Mis ojos cerrados veían luces en una calurosa y negra noche de verano. Yo que siempre había querido tener el mundo a mis pies y me encontraba de pronto a los suyos. Aparecieron las náuseas, el asco, el mareo, la impotencia... .Cuando iba ya a presentar mis respetos al vencedor pidiendo clemencia una vía cogida en el antebrazo favoreció la entrada de un líquido reparador que hizo desaparecer el profundo malestar, la presencia de una inmensa sombra y la sensación de estar fuera.

Me dicen que fueron simplemente los efectos del fuerte golpe en la cabeza los que me pusieron a merced del mundo. Una conmoción sin más. Todavía siento el dolor del golpe en mi rostro, y veo venir, si cierro los ojos, esa enorme sombra, y recuerdo con extraña claridad sus devastadores efectos, su arrastre hacia la inmensa oscuridad...en lo que estuvo a punto de ser una rendición sin condiciones.

Sé que esto que cuento fue verdad y no una pesadilla producto del agotador y caluroso estío por los puntos de sutura que ahora marcan mi rostro. Por las manchas que ha dejado la sangre que cayó tibiamente por mi sien en mi camisa preferida. El mundo se mecía a mi alrededor, aparecía y desaparecía...con esa cadencia.

@arteche

1 jul 2010

Congojas del estío 1- Obuaro 181

Verano 2010

Ya llegó el verano. Estío, sol y hastío. Planes vacacionales. Disfrute del llamado buen tiempo. Tardes de 36ºC, noches de 84 ºF. Noches con visitantes voladores que entran por la ventana. Se refugían del calor. Buscan alimento. Está en tí. Tu sangre. Poco se diferencian de los habitantes diurnos. Entran por la puerta. Se refugían en el teléfono. Buscan alimento. Está en tí. Tu sangre.

Queda el uso del matamoscas. Pero también es tóxico. Ya llegó el verano. Estío, sol y hastío. Búsqueda de alimento. Tu sangre.


@arteche