17 mar 2007

Polga. Súplica- Obuaro 58

Y he comprobado una y otra vez si estaba apagado el fuego,
Y otras tantas veces si estaban apagadas las luces,
y las velas.

He repasado el día y mis culpas
el pasado y los errores
lo que pudo haber sido y no fue,
la causa, la causa de la causa,l
a causa del mal causado.

He identificado y clasificado una a una las citas
que se han agolpado en desorden en mi mente,
me he cercionado de que había regado las plantas,
apagado el ordenador
puesto a cargar el móvil
y el despertador en hora,
eso varias veces
por ese miedo a dormirme, tanto como a despertarme.

Por todo esto que aquí te explico, Señor,
Y aunque te agradezco no haberme hecho cirujano cardiaco,
conductor de autobús de niños
o desactivador de explosivos,
te suplico que te quedes algún día un poco en mi lugar
solo un rato,
mientras voy a un recado
mientras hago unas compras
mientras deshago la cabeza como deshago unas maletas…
hechas sin orden ni concierto.

Y te advierto, no te miento, puede que algún día no vuelva…

(Polga)

Raymond Carver. Mi barco- Obuaro 57

Otra de esas cosas que me gustaría haber escrito yo, y que no he sabido. Vamos con el Chejov americano, Carver.
Dedicado a vosotros, ya sabéis quiénes sois.

Mi barco- Raymond Carver

Mandé hacer mi barco por encargo. Sale justo ahora
de las manos de los constructores. Ya le he reservado un lugar
especial
en el puerto deportivo. Va a tener unas cuantas habitaciones
para todos mis amigos: Richard, Bill, Chuck, Toby, Jim, Hayden,
Gary, Jay, Morris y Alfredo. Todos mis amigos. Ellos saben
quiénes son.
Tess, también, desde luego. No iría a ninguna parte sin ella.
Y Kristina, Ferry, Catherine, Diane, Sally, Annick, Pat,
Judith, Susie, Lynne, Annie, Jane, Mona.
Doug y Amy. Son de la familia pero también amigos,
y les gusta divertirse. Habrá una habitación en mi barco
para todos ellos. ¡Hablo en serio!.

También habrá sitio en mi barco para sus historias.
Para las mías y para las de mis amigos.
Para las cortas y para las que nunca se acaban. Para las reales
y las inventadas. Para las que estén escribiendo y para las que hayan
acabado.
Y también para los poemas. Poemas líricos y narrativos.
Para mis amigos pintores, habrá pinturas y lienzos
a bordo.

Habrá pollo frito, carne para el almuerzo, queso, bocadillos,
pan francés. Todo lo que nos gusta a mis amigos y a mí.
También tendremos una enorme cesta de fruta, por si alguien quiere
fruta.
Por si alguien quiere contar por ahí que comió una manzana
o unas uvas en mi barco. Con sólo pedirlo,
tendrán todo lo que quieran. Toda clase de soda.
Cerveza y vino, seguro. A nadie se le negará nada
en mi barco.

Saldremos del puerto soleado y a divertirse, ése es el plan.
Se trata de pasárnoslo bien todos juntos, sin más. No pensar
en esto o en aquello, lo que tenemos que hacer o lo que hemos hecho.

Habrá cañas de pesca, por si alguien quiere pescar. ¡ Los peces
saltan a la vista!
De hecho, podemos acercarnos a la costa un poco,
pero sin correr peligro, nada serio.
La idea es divertirnos sin llevar ningún susto.
Comeremos, beberemos y nos reiremos un montón en mi barco.

Siempre he querido hacer un viaje así,
con mis amigos, en mi barco. Si nos apetece
escucharemos a Schumann en la CBC.
Pero si no resulta, pues nada,
sintonizaremos la KRAB y escucharemos a The Who y los Rolling
Stones.

Lo que les haga más felices. Puede que todos
tengan su propia radio en mi barco. Sea como sea,
nos lo pasaremos bien. La gente se va a divertir
y va a hacer lo que quiera en mi barco.

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My boat is being made to order. Right now it´s about to leave
the hands of its builders. I´ve reserved a special place
for it down at the marina. It´s going to have plenty of room
on it for all my friends: Richard, Bill, Chuck, Toby, Jim, Hayden,
Gary, Jay, Morris and Alfredo. All my friends! They know who
they are,
Tess, of course. I wouldn´t go anyplace without her.
And Kristina, Merry, Catherine, Diane, Sally, Annick, Pat
Judith, Susie, Lynne, Annie, Jane, Mona.
Doug and Amy! They´re family, but they´re also my friends.
and they like a good time. There´s room on my boat
for just about everyone. I´m serious about this!
There´ll be a place on board for everyone´s stories.
My own, but also the ones belonging to my friends.
Short stories, and the ones that go on and on. The true
and the made-up. The ones already finished, and the ones still
being written
Poems too!. Lyric poems, and the longer, darker narratives.
For my painter friends, paints and canavases will be on board
my boat.
We´ll have fired chicken, lunch meats, cheeses, rolls.
French bread. Every good thing that my friends and I like.
And a big basket of fruit, in case anyone wants fruit.
In case anyone wants to say he or she ate an apple.
or some grapes, on my boat. Whatever my friends want,
name it, and it´ll be there. Soda pop of all kinds.
Beer and wine, sure. No one will be denied anything, on
my boat.
We´ll go out into the sunny harbor and have fun, that´s the idea.
Just have a good time all around. Not thinking
about this or that or getting ahead or falling behind.
Fishing poles if anyone wants to fish. The fish aer out there!
We may even go a little way down the coast, on my boat.
But nothing dangerous, nothing too serious.
The idea is simply to enjoy ourselves and not get scared.
We´ll eat and drink and laugh a lot, on my boat.
I´ve always wanted to take at least one trip like this,
with my friends, on my boat. If we want to
we´ll listen to Schumann on the CBC.
But if that doesn´t work out, okay,
we´ll switch to KRAB, The Who, and the Rolling Stones.
Whatever makes my friends happy!. Maybe everyone
will have their own radio, on my boat. In any case,
we´re going to have a big time. People are going to have fun,
and do what they want to do, on my boat.

Raymond Carver. Vago( Shiftless)- Obuaro 56

Vago( Shiftless)- Raymond Carver.

A la gente que le iba mejor que a nosotros les llamábamos acomodados,
Vivían en casas pintadas y con cisternas en los váteres.
Conducían coches de año y marca reconocibles.
A los que les iba peor les llamábamos miserables y no trabajaban.
Sus extraños coches descansaban entre chatarra en corrales llenos de polvo.

The people who were better than us were confortable.
They lived in painted houses with flush toilets.
Drove cars whose year and make were recognizable.
The ones worse off were sorry and didn´t work.
Their strange cars sat on blocks in dusty yards.

Los años pasan y todo es reemplazado
Pero hay una cosa que aún es verdad.
Nunca me gustó trabajar. Mi meta fue siempre
ser un vago. Le veía mérito.
Me gustaba la idea de sentarme en una silla
a la puerta de mi casa durante horas, sin hacer nada
más que llevar puesto el sombrero y beber cola.

The years go by and everything and everyone
gets replaced. But this much is still true-
I never liked work. My goal was always
to be shiftless. I saw the merit in that.
I liked the idea of sitting in a chair
in front of your house for hours, doing nothing
but wearing a hat and drinking cola.

¿Qué tiene de malo?.
Encender un cigarrillo de vez en cuando.
Escupir. Pelar un palo con una navaja.
¿A quién puede perjudicar?. Llamar
de vez en cuando a los perros para ir a cazar conejos.
Pruébalo alguna vez.
Saludar cada poco a un chico gordo y rubio como yo
y preguntarle: " ¿No te conozco?"
O mejor: " eh, ¿ qué quieres ser de mayor?".

What´s wrong with that?.
Drawing on a cigarette from time to time.
Spitting. Making things out of wood with a knife.
Where´s the harm there?. Now and then calling
the dogs to hunt rabbits.
Try it sometime
Once in a while hailing a fat, blond kid like me
and saying, " Don´t I know you?."
Not, "What are you going to be when you grow up?.

Polga(film). Alatriste. Agustín Díaz Yanes- Obuaro 53

Alatriste

Los pobres son príncipes que tienen que reconquistar su reino...así nos convencía y derrotaba Victoria Abril en su participación en la buena película de Díaz Yanes "Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto"...Que ganas de verle ahora en una superproducción a lo grande, de aventuras, con medios, dinero, actores de lujo...La película mas cara del cine español. Y otra vez nos ha vuelto a pasar lo que con Perdita Durango del buenísimo director, que lo es, Alex de la Iglesia.

Qué triste y fallido intento, qué decepción este Alatriste de Agustín Díaz Yanes. Mi recuerdo de "Nadie hablara de nosotras cuando hayamos muerto" nada tiene que ver con esto que he visto hoy. Ni argumento, ni épica, ni lírica, ni tan siquiera originalidad. Los personajes son tan planos e inverosímiles como en los comics pero sin el encanto de los superhéroes. Quieren ser creíbles y no consiguen ni parecer medianas caricaturas. Viggo Mortensen, que es un buen actor, como demostró sobradamente en ese peliculón que nos narró el a veces desigual Cronenberg de título " Una historia de violencia", sin embargo, ¿en qué producción norteamericana superman, batman o el sheriff del oeste del Mississippi hablarían en inglés con esa dificultad que nos desvela que o bien el protagonista es un extranjero forzado a ocultar su acento o que tiene serios problemas de dicción que solo un logopeda podría solucionar?. En España esto es posible, sí, nuestra gran superproducción de aventuras cuenta con ese serio e incomprensible handicap que podía haberse resuelto con un doblaje o bien con un giro de guión( la existencia de una herida en un lóbulo del cerebro o de un tajo en la lengua recibido en alguna de las duras batallas de Flandes) que visto el resultado no habría afectado a la incoherencia del mismo. Pasé mas de 20 minutos concentrada en ayudar a terminar a Mortensen las cortas expresiones de Alatriste intentando adivinar el motivo de esta dificultad de dicción por un lado y la razón por la que no se había subsanado este defecto por otro.

Lo de Blanca Portillo haciendo de inquisidor Bocanegra, o es un caso de travestismo encubierto dado que en el siglo de Oro estas cosas no debian ser toleradas o A.D.Yanes se ha quedado tan traumatizado como yo con aquella absurda aparicion de Tony Cantó en una de las para mi prescindibles de Almodovar, otro de los grandes, pese a la opinión de crítica y público " Todo sobre su madre". Patético y superfluo.El personaje de Gualterio Malatesta ni idea que pinta ahí y por qué Alatriste no se deshace de él la primera vez que se le cruza y nos habría ahorrado esas esporádicas apariciones sin sentido( confieso no haber leído los libros de Reverte y quizá por eso no logro descifrar algunos de los sentidos de los personajes, lo que por otra parte no dice mucho a favor de la película). Y lo de Pilar G. de Ayala (me refiero al personaje) que alguien me lo explique, que ni D. Íñigo Balboa ya despechado y traicionado se quiere quedar con ella a pesar de las miraditas que se cruzan...Ariadna Gil, por lo menos, se redime en parte del ridículo papel que David Trueba le dio en su última y también decepcionante película "Bienvenido a casa". Y Noriega nos sigue haciendo añorar su papel en Tesis...lo que no es mucho decir.Pero no sería justo esta vez responsabilizar a los actores mas de que(en su mayoría)hayan aceptado sus papeles despues de leerlos(una gran superproducción en sus manos y la necesidad de comer como la de todos nosotros) sino del guión y de la dirección: guión inconsistente, plano e inconexo, carente de ritmo, planos sin estudiar ni preparar, montados sin orden ni concierto. Si coges las secuencias de la pelicula y las montas de cualquier otra manera todo seguiria siendo igual de ...sin sentido y de no sentido; es una película sin espíritu, una de tantas de esas desalmadas.

Lo siento de veras pero para esto del cine... sea de acción o no(solo hay cine o no cine, cine bueno y cine malo, cine con o sin alma; no es suficiente con querer, ni con tener un gran presupuesto, hay que saber, y hay que creer). Eso es el arte, creer, crecer, gustarse y gustar. Visto lo visto, muchos de los que escribimos y de los que no lo hacen.. mereceríamos una oportunidad (para fracasar) con una gran producción..y que nos despellejaran con sus criticas gentes como nosotros. Y lo aceptaríamos con gusto. Que remedio.

Esta vez nuestro cine no ha reconquistado su reino, esperaremos a otra ocasión.Y que nosotros lo veamos.

Nota. Para mas sobre esta película y otras visitad a Rosenrod en http://dioses-y-monstruos.blogspot.com/

Monday, September 11, 2006

Antonio Gamoneda. Edad- Obuaro 48

Edad- Antonio Gamoneda

Edad, edad, tus venenosos líquidos.
Edad, edad, tus animales blancos.

Werner Herzog. Del caminar sobre el hielo- Obuaro 47

Werner Herzog- Del caminar sobre el hielo
Nadie, ninguna alma, silencio opresor. Mas siniestra aún es la luz de queroseno que brilla en el medio de todo aquello. Flamea, el fuego fantasma, viento. Debajo, en la planicie naranja, veo las estrías de la lluvia, mientras el cielo anuncia en un relámpago el desmoronamiento del mundo. Un tren recorre la tierra y atraviesa las montañas. Las ruedas arden. Un vagón se incendia. El tren para, intentan apagar el fuego, pero ya es tarde. Deciden tocar en frente, deprisa y siempre de frente. El tren arranca y prosigue en línea recta en la oscuridad del cosmos. En el negro profundo del universo, flamean las ruedas y flamea un solo vagón. Comienza una increíble precipitación de estrellas, mundos enteros se abaten sobre un mismo punto. La luz no puede escapar más, la misma total oscuridad aquí actuaría como luz y el silencio como un estruendo. Nada más sostiene el universo, es el bostezo del más negro vacío. Vías lácteas se condensan en las estrellas. Una bienaventuranza se esparce, y de la bienaventuranza no nace ahora cosa alguna. La situación es esta. Una nube de moscas y otros bichos quedan zumbando alrededor de mi cabeza y no vale la pena espantarlos con una mano que ellos continúan siguiéndome, sedientos de sangre.

Paul Claudel. Connaissance de l'Est- Obuaro 46

Connaissance de l'Est-Paul Claudel

No hay regazo más benigno que la eternidad,
ni seguridad comparable con el espacio
sin límite. Del mundo ya no sabemos sino
aquello que nos trae cada noche, elevándose
a nuestra izquierda, la cara de la Luna.
Me siento liberado del deseo de cambio
y distracción. Ninguna otra aventura
sino la del día y la noche, ninguna otra oferta sino
la del Cielo visible, ninguna otra mora sino este
regazo de Aguas ilimitadas que lo reflejan.

Ricardo Bellveser. Temblor de los amigos- Obuaro 44

Continúo con mi referencia a textos no muy conocidos que creo merecen ser leídos y disfrutados.

Temblor de los amigos - Ricardo Bellveser

A Olga Kleshchevnikiva

Llega septiembre y nos vemos de nuevo.
Los amigos nos abrazamos de emoción
junto a los manchados troncos de berzioka.
Les hablo de este libro lleno de ellos
aunque escrito cuando más solo estaba.

No hay nada improvisado en estas hojas
que se dejan llenar de tantos mitos
para que rompan la realidad.
El mito es todo y en todo se enraíza
con la amistad que es energía pura.

Me uno a mis amigos, nos besamos,
y sentimos la fuerza de los siglos
que nos ata a la vida y a los sueños.
Nos abrazamos de emoción, descalzos.
Sobre este antiguo temblor de la tierra.
Nos queremos, no queda más remedio.
Lo dicen nuestras miradas gozosas,
lo proclaman los lejanos silencios.
Distante, la amistad es melancolía.
Si estamos juntos, toda ella es tacto
y una forma distinta de memoria.

De El agua del abedul

Sam Shepard.La buena suerte- Obuaro 43

Sam Shepard (Crónicas de motel)

La buena suerte
consiste en caer
del lado izquierdo
del Azar

La buena suerte
consiste en caer
más allá de mi cabeza

La buena suerte
consiste en estrellarse
contra los árboles

Todo el mundo se queja

27/7/81San Fernando Valley

Sam Shepard. Loco- Obuaro 42

Sam Shepard (Crónicas de motel)

¿Por qué pienso
“Este tipo está completamente loco”
Sentado en un bar de pueblo
Vestido con un traje de terciopelo negro, con chaleco
Oliendo a Marica de la Calle Catorce
Con un tic nervioso en unos ojos pardos
En los que casi no se ve la pupila?

¿Por qué pienso
“Este tipo está chiflado”
Cuando pregunta si ha nevado alguna vez en San Francisco
Si Herb Alpert toca a veces música clásica?

¿Por qué pienso
“Este tipo está majara”
Cuando me dice que tiene muchísimo talento
Pero le falta tiempo para desarrollarlo?

¿Por qué pienso
“Este tipo está como una chota”
Cuando coge la jarrita de la leche
Y la llama “Esta vaquita tan mona”?

Sé por qué
Porque no oculta
La desesperada distancia que lo separa de la gente

12/79San Anselmo, Ca

París-Texas by Win Wenders

Gustavo Pereira. En el mundo no quieren a los tristes- Obuaro 76

En el mundo no quieren a los tristes- Gustavo Pereira

A Luis Camilo Guevara

Uno tiene derecho a acongojarse
a sentirse vencido

pero en el mundo no quieren a los tristes

Uno está en el deber de levantarse
agarrar su cayado
echar a andar
Optar por esconderse entre sí mismo
Irse a la misma mierda
Desamarrar sus diablos
O simplemente hacerse el monigote
el salsero mayor
el chicle más orondo de la fiesta.

Charles Tomlinson. Estética- Obuaro 85

Desde Alicante el día 21 de febrero de 2007.

Estética- Charles Tomlinson

Se ha de buscar la realidad,
no en el cemento, sino en el espacio
vuelto articulación:
La orilla, por ejemplo,
abriéndose entre muro y muro:
La voz del mar
Arrancando el silencio del silencio.


Wednesday, February 21, 2007

Charles Tomlinson. Aesthetic- Obuaro 85(bis)

Aesthetic – Charles Tomlinson

Reality is to be sought, no in concrete,
but in space made articulate:
The shore, for instance,
spreading between wall and wall;
The sea-voice
Tearing the silence from the silence

Tom Waits. I Don't Want To Grow Up - Obuaro 86

Dicen que cuando sus hijos le preguntaban por que no eran como los demás, Tom Waits les respondía que “en un bosque había un árbol torcido del cual los demás árboles se burlaban. Pero, un día, los leñadores fueron al bosque y cortaron todos los árboles. Todos, menos uno, el que aparentemente carecía de belleza. Y así fue como el árbol torcido sigue allí, creciendo fuerte y extraño”.

No hay mas que hablar, el resto es su música.




I Don't Wanna Grow Up by Tom Waits(Tom Waits/K. Brennan)

When I'm lyin' in my bed at night
I don't wanna grow up
Nothin' ever seems to turn out right
I don't wanna grow up
How do you move in a world of fog
That's always changing things
Makes me wish that I could be a dog
When I see the price that you pay
I don't wanna grow up
I don't ever wanna be that way
I don't wanna grow up

Seems like folks turn into things
That they'd never want
The only thing to live for
Is today...
I'm gonna put a hole in my TV set
I don't wanna grow up
Open up the medicine chest
And I don't wanna grow up
I don't wanna have to shout it out
I don't want my hair to fall out
I don't wanna be filled with doubt
I don't wanna be a good boy scout
I don't wanna have to learn to count
I don't wanna have the biggest amount
I don't wanna grow up

Well when I see my parents fight
I don't wanna grow up
They all go out and drinking all night
And I don't wanna grow up
I'd rather stay here in my room
Nothin' out there but sad and gloom
I don't wanna live in a big old Tomb
On Grand Street

When I see the 5 o'clock news
I don't wanna grow up
Comb their hair and shine their shoes
I don't wanna grow up
Stay around in my old hometown
I don't wanna put no money down
I don't wanna get me a big old loan
Work them fingers to the bone
I don't wanna float a broom
Fall in love and get married then boom
How the hell did I get here so soon
I don't wanna grow up

Polga. Jasón y el Olimpo- Obuaro 32

Jasón y el Olimpo.

No es posible decidir sobre el color del cielo, pero lo bueno, es no desearlo. (A. Gamoneda)

Arturo vivía en una pequeña capital de provincias, en el último piso de la única gran torre de toda la ciudad. Su tío, D. Eustaquio, concejal del ayuntamiento siempre hablaba de esta construcción como la mayor tropelía especulativa de los años sesenta. El responsable de esa monstruosidad había sido al decir de la madre de Arturo, su padre que nunca había ejercido como tal. Pero a Arturo, ajeno a ilegalidades urbanísticas le había gustado siempre aquélla casa, era mas alta que el resto, y desde su azotea se divisaba absolutamente todo, le permitía revisar a golpe de pájaro el cielo y la tierra, lo que le hacia sentirse desde allá arriba como el amo del mundo.
Además, su querido abuelo Jasón, había convertido la azotea de la casa en un verdadero paraíso para un niño, y también para un viejo. El atractivo que en ambos, abuelo y nieto despertaba la azotea no era compartido por su madre a la que le parecía un sitio sucio, siempre lleno de polvo de la calle, frío en invierno y caluroso en verano; ( lo raro, - pensaba Arturo, mirando atentamente a su madre- hubiese sido lo contrario), feo, desagradable y con deposiciones de palomas, gorriones y demás bichos por todas partes.
Entre las antenas y las claraboyas, mi abuelo, había colocado unos antiguos bancos de madera que nos había facilitado el tío Eustaquio a un módico precio tras la renovación de los bancos a la que había procedido el consistorio. El nuevo mobiliario urbano decían que se parecía mucho al de París, y así debía ser, porque mi prima, la hija de Eustaquio, que estudiaba en un buen colegio de Madrid, había estado allí en un viaje de fin de curso y así lo corroboraba.
También mi abuelo había dispuesto tres mesas de manera circular. Hasta que el abuelo las arreglara, y eso que mi madre decía que no valían para nada, habían sido apiladas y olvidadas en el cuarto trastero que nos correspondía en el sótano del edificio, y del que mi madre presumía constantemente, porque ¿dónde pondría uno esos muebles pasados de moda y que están completamente nuevos?. Alguna vez podrían ser útiles para algo o para alguien, ¿verdad, papá?.Sobre las mesas, para mi total júbilo podían encontrarse juegos antiguos, naipes americanos, postales, papeles, compases, transportadores de ángulos, y esos libros de tapa dura antiguos, con muy pocos dibujos y a veces con grafías extrañas, que a mí me parecían tremendamente aburridos y que eran, así los definía mi abuelo, libros científicos para mayores.
Pero lo que definitivamente la madre de Arturo no podía soportar era la presencia del telescopio en el mejor lugar de la azotea. Ese lugar debería haber sido ocupado por un magnífico tendedero, o por una cómoda y amplia tumbona para tomar el sol y ser por una vez la envidia de las vecinas. Ese inútil telescopio era, según sus palabras, lo único que siempre había importado al abuelo, su padre. Ese maldito telescopio, que no había traído mas que desgracias a esta santa casa, porque, ya me dirás tu-repetía una y otra vez mi madre-cómo habiendo llegado a ser un ilustre profesor de una de esas universidades norteamericanas de las que tanto se habla en las películas y hasta en los telediarios..., cómo se puede acabar aquí, sin dinero, sin mujer, viviendo en casa ajena, a plato y mantel, malgastando el tiempo en una azotea llena de excrementos de pájaros con la única compañía de un mocoso, que sueña, para colmo con ser como su abuelo. Aunque no sé bien que es mejor, se dirigía entonces a mí mi madre, que te parezcas a tu abuelo o que te parezcas a ese que dice ser tu padre. Porque si te pareces a tu padre, apañados vamos. Yo aquí luchando con dos niños, el mío y mi padre. No, si a mí me vais a matar a disgustos; nieto y abuelo, abuelo y nieto, tanto monta monta tanto, Isabel como Fernando. Y no me mires con esa cara papá, que bastante tengo con todo, no me repliques ni con mirada. No me pongas de los nervios y no me hagas hablar delante del chiquillo.
¡ A quién se le ocurre!, -continuaba mi madre diciendo a voz en grito-.” Abandonarlo todo, así sin mas, como que no quiere la cosa, ¡si mamá pudiera verte desde el cielo!, le matabas de nuevo de un disgusto, con todo lo que ella luchó para conseguir lo poco que teníamos. Claro, y mientras la otra disfrutando de lo nuestro, como si fuera de ella. La muy arpía, no, si....y tu, dale con que el dinero no es lo importante, sino librarse de gente así a nuestro lado, que tenemos lo que necesitamos para vivir, que las cosas realmente importantes en la vida no tienen precio, que todo es cuestión de dignidad. Sí papá sí, pero con la dignidad no se come, ¿sabes?, ya lo dice el tío Eustaquio que es nada menos que concejal del ayuntamiento, que la dignidad es solo para borrachos y perdedores. Anda, quítate de mi vista, que me pones enferma, súbete allá arriba con el mocoso de tu Arturo, y vuelve con tus locuras y tu telescopio. Y procura no llenarle la cabeza al niño con tus tonterías. Que ya solo nos faltaba eso...
A mí no me gustaba oír aquellas reprimendas que mi madre le echaba al abuelo porque yo quería mucho al abuelo, y me gustaban mucho lo que mamá denominaba sus locuras, y me encantaba que me dejara mirar por el telescopio, y también me daba cuenta que el abuelo aunque no decía nada bajaba la cabeza y se quedaba triste después de estas broncas de mamá. Alguna vez descubrí alguna lágrima furtiva en el objetivo del telescopio que al abuelo se le había pasado secar. A continuación, siempre después de estos monólogos de mamá el abuelo solía sentarse en la silla que tenía su nombre inscrito en el respaldo, cogía su cuaderno de bitácora y escribía en secreto, me decía que eran instrucciones para el uso de la vida, y que las escribía para que yo las leyera cuando él muriera, porque era ley de vida la muerte, aunque yo no comprendía por aquel entonces exactamente el significado solemne y determinante de aquella palabra. Me decía que aquellas palabras allí escritas podrían serme útiles para continuar mi singladura en la vida sin la compra de demasiados armisticios. Tampoco entonces comprendí aquello de los armisticios.
El abuelo Jasón, al que no siempre entendía, me iba a buscar todos los días al colegio, mamá decía que era su contribución a las tareas domésticas ya que no hacía otra cosa, pero yo sabía que el abuelo lo hacía porque quería, al igual que también yo quería que me viniese a buscar al colegio. Por el camino, que variábamos muchos días, me dejaba pisar todos los charcos de la acera y hasta los del parque poniéndome hasta arriba de barro. Luego diremos que te has caído, me decía, así mamá no nos dirá nada, un resbalón lo tiene cualquiera, ¿no?.
En otoño y primavera solíamos comprar al pipero de la esquina palomitas de maíz y se las dábamos de comer a los patos con cabeza verde del estanque y a esas carpas de tamaño descomunal con los ojos fuera de las órbitas. Los patos parecían conocernos, y nosotros a ellos hasta les habíamos puesto nombre. Por el camino me contaba historias increíbles y fantásticas preludio de nuestras veladas astrales. A veces decía palabras que yo no entendía, e inmediatamente al ver la expresión de mi cara se disculpaba y me explicaba que muchas veces se le escapaban palabras en inglés. Siempre pasa esto- me explicaba-, cuando tratas de sentimientos que sólo has expresado en una lengua, cuando tratas de expresarlos en otras los tienes que traducir y convertirlos en algo fuera de ti, en algo ajeno, que pierdes. Esto lo entenderás cuando seas mayor y cuando tu madre consienta por fin que aprendas otras lenguas y se le quite de la cabeza esa manía de que todo lo de fuera es malo. Y acabarás viendo por ti mismo que el sentimiento no tiene lengua, bueno, - decía sonriendo maléficamente-, al menos que el sentimiento sea demostrado con un beso de pasión de los que se dan en la boca como en las películas, pero tú de esto a tu madre ni pío, que estas son conversaciones entre tu y yo, de hombre a hombre, que no quiero oírle decir que te pervierto con estas costumbres de bárbaros.
Después de largos ratos de cuentos, lodos, barros, estancias en el parque y vueltas por caminos alternativos llegábamos a casa. Y allí nos esperaba la bronca de mamá que no sabía como nos las arreglábamos para tardar cada día mas en llegar, que una está aquí siempre preocupada por si pasa algo, porque nunca se sabe con las cosas que pasan hoy en día. Y por fin, y digo por fin llegábamos al telescopio, al ansiado telescopio del abuelo, allí en el lugar de honor, siempre pulcro y brillante, como nuevo; allí estábamos, en el sitio del abuelo, y cómo era su sitio yo le había regalado por su cumpleaños de hacía ya tres años, con la ayuda del tío Eustaquio, una silla de esas que tienen los directores de cine con su nombre grabado en el respaldo. JASÓN en letras grandes y azules como el cielo.
Desplegábamos los mapas y observábamos ávida y silenciosamente el horizonte. Cuando mas absortos estábamos a sabiendas que detrás de la Estrella Polar gira todo el cosmos un estruendoso grito de mamá nos convocaba para la cena. Yo cenaba rápidamente mientras mamá me recordaba que tenía que masticar unas veinte veces cada bocado, que si no mi estómago tendría que trabajar el doble y eso provocaría digestiones muy pesadas, y ahora era un niño, pero cuando fuese mayor lo pagaría, porque todo en esta vida se paga cariño, todo se paga...
Vamos arriba, acaba ya abuelo, apremiaba yo al abuelo con ansiedad, que ha parado de nevar, y no hace nada de frío, y el cielo se ha aclarado, y podremos verlas hoy todas, corre abuelo, date prisa. El abuelo miraba de reojo a mamá que le repetía por enésima vez siempre en tono de reproche, no, si este niño es igual que tú, pues sí que sí, con uno ya teníamos bastante en la familia. Ahora, Arturo, coge un resfriado y que mañana no puedas ir al colegio, y no aprenderás nada de nada, aunque claro, para lo que sirve el colegio y el aprender, mira tu abuelo, tanto saber, tanto aprender, tanto estudiar, tanto destacar, ¿para qué?, para acabar peor que empezó, mírate papá, vamos, vamos, quién lo iba a decir, ¡ cómo si no hubiera tontos que hablan en inglés!.
¡ Y cerrad la puerta, que me vais a matar de frío!,¡ no si es mas importante ese maldito telescopio que mi reuma, que mis rodillas y que mis bronquios...! clamaba mamá mientras subíamos a la azotea casi sin hacer ruido.Y todo cambiaba, como por encanto. Nuestro techo pasaba a ser entonces la bóveda del cielo y no esas estrellas luminosas que había colocado cuidadosamente en el techo de mi cuarto a escondidas de mamá que siempre se quejaba de que todo lo que se pusiera en la pared acababa estropeándola. Y luego había que pintarla y claro gastarse un dinero en ella. Que el dinero no llueve del cielo.
El peso se aligeraba, y yo sabía por el abuelo, que era porque Atlas estaba sujetando el cielo sobre sus formidables hombros. –Mira abuelo, Perseo nos está guiñando el ojo mientras sujeta la cabeza de Medusa en su mano-, y él, dale que dale con que no era un guiño sino un eclipse intermitente que sucedía cada dos horas. Allí estábamos, Jasón y Arturo, habitando en el Olimpo, sin haber pedido permiso a Zeus, que es el que se ocupa de estas cosas de las licencias en el cielo como el tío Eustaquio en el ayuntamiento. Habíamos ascendido por alguna razón al inmenso cielo.
Así, de broma y de veras, el abuelo me enseñaba a leer en el cielo de la misma manera que en el colegio me habían enseñado a leer las letras impresas de los libros. Supe, que había habido tiempos en los que se habían transformado en estrellas seres divinos, héroes, ó sencillamente, cosas. Había sido como recompensa o castigo a veces, para inmortalizar el amor otras, para proteger a los humanos otras tantas, y por motivos que el abuelo y gente como él trataban de descubrir con el estudio, otras cuántas. Y veía grupos de estrellas que parecían todas juntas dibujar un león, un cisne, un cangrejo, una nave, o un caballo. Pero no eran animales cualesquiera, no, decía mi abuelo, el león era aquel sobre el que resbalaban las flechas y al que el gran Hércules, mi favorito, mi gran héroe, matara con sus propias manos asfixiándole. El cangrejo fue el mismo al que Hércules pisó en plena lucha contra la Hidra, ese gran monstruo que vivía en los pantanos y cuyas cabezas se regeneraban cada vez que eran cortadas como le pasaba al monstruo que atacaba en el tercer capítulo al gran Mazinger Z dirigido por el doctor Infierno. El águila estaba allí por ser el único animal que puede mirar directamente al sol sin arredrarse, y que planea majestuosa acechando una nueva presa como en los grandes reportajes de animales de la televisión. El cisne conmemoraba la transformación del propio Zeus, el dios de dioses, en este bello animal para encontrar a su fugada Némesis, creo que papá no supo nunca muy bien como convertirse en cisne para recuperar a mamá.
Y el abuelo me contó, en secreto, que en el cisne está quizá el agujero negro de nuestra galaxia, de la Vía Láctea, que se llama así porque se había formado con un chorro de leche de la diosa Hera; debían ser muy grandes los pechos de la diosa para tener tanta leche y no como los de mi prima, la que había viajado a París y ahora, según, palabras de mi madre, no podía darle el pecho al niño porque no tenía leche, como tampoco tenía vergüenza.El abuelo, sin querer ni él ni yo, seguía instruyéndome no solo en el conocimiento del firmamento y sus secretos, sin en el duro oficio de vivir, y en el todavía más difícil de dejar vivir. Pero eso no lo sabría hasta muchos años después o quizá no tantos.
Yo me pasaba horas y horas mirando a través del telescopio, buscaba, adivinaba, imaginaba, indagaba y descubría además de águilas, cangrejos, leones y otras figuras que todos veían, balones de reglamento, coches deportivos, bicicletas de montaña, hormigas con alas, e incluso funambulistas caminando por el alambre.Y estas constelaciones no venían en los libros del abuelo, pero él me animaba a seguir desvelando. Siempre hay que buscar algo nuevo, Arturo, si es nueva, no te asustes, dale nombre y hazla tuya hasta que sea de todos, si los demás la quieren.
Otras veces, entre las nubes y la contaminación apenas brillaban las estrellas, ni la luna, y yo me desesperaba dando la noche por perdida, pero el abuelo me consolaba distrayéndome con divertidas historias como aquella “cuando alguien mata un insecto, una estrella se apaga en el universo” “y un destino queda tuerto”” hoy, - decía mirando al cielo mientras esbozaba una amplía sonrisa –alguien habrá estado fumigando”. Y yo me reía, sabiendo que eso no podía ser verdad, pero ya me imaginaba una constelación en forma de pirata con un parche en el ojo izquierdo cuyo nombre era destino.
Mi admiración por Hércules crecía y crecía. Y yo me veía blandiendo una maza arrodillado con una piel de león enrollada en mi cuerpo con el dragón a mis pies como en su constelación de diecinueve estrellas que nunca acababa de contar por mas que lo intentaba. Si hubiera sido Hércules habría liberado a Prometeo del castigo que le fue impuesto por devolver el fuego a los hombres y por haber querido demasiado a los mortales siendo de la casta de los dioses. Creo que papá había querido mucho a mamá y que alguna cuenta pendiente tenía con Zeus, como Prometeo. Mi madre decía muchas veces que mi padre, o mejor dicho ese que decía ser mi padre, otra cosa no pero promesas... las hacia continuamente, total para qué...
Si hubiera sido Hércules habría viajado con el abuelo Jasón en la nave de Argos en busca del Vellocino de Oro para demostrar a mamá nuestro valor y el saber del abuelo, y esta vez no nos reñiría orgullosa de nuestra hazaña realizada solo por y para ella. Por el camino, el abuelo y yo destruiríamos Arpías, que así llamaba mamá a la otra, que le había robado todo al abuelo. Habríamos atravesado estrechos sacudidos por fuertes tempestades, restableciendo la calma con nuestros poderes como pasaba en mi recuerdo con las peleas que de muy pequeño presenciaba entre papá y mamá, que acababan colmándose de besos y promesas una y otra vez poniéndome a mí por testigo.
Habríamos domado bueyes con bálsamos milagrosos con los que araríamos terrenos para plantar dientes de serpientes de los que nacerían guerreros a los que solo se podría vencer asustándoles con una piedra. Habríamos dormido al inmenso dragón que custodiaba el Vellocino con palabras mágicas o con las pastillas esas que mamá consumía siempre que se ponía nerviosa y se acordaba de ese que decía ser mi padre.
Un crudo invierno el abuelo se puso de repente enfermo, una mala gripe mal curada que se había convertido en una neumonía, los años según él y según mamá el maldito telescopio tenían la culpa, porque en esa azotea hacía mucho frío, porque ya podías haberle dejado también ese cacharro a la bruja esa, que como es extranjera no monta seguro en escoba sino en un coche americano de gran cilindrada con todo nuestro dinero en la cartera.
Yo había ido creciendo casi sin darme cuenta y el abuelo consintió, solo mientras estuviese enfermo, que le leyera a los pies de la cama aquellos aburridos textos científicos sobre el firmamento que tan seriamente habían poblado las tres mesas de nuestra azotea. Porque el sitio del abuelo se había ido convirtiendo con su beneplácito también en mi sitio, en nuestro sitio. El mío y el suyo. Y yo ya tenía otra silla de director de cine con mi nombre en el respaldo como la suya y un cuaderno de bitácora secreto que no sabía muy bien como rellenar y que descansaba al lado del del abuelo.
Le leía libros sobre astrofísica, física espacial, física solar y sobre cálculo de tiempos. Aparecían en ellos términos como tiempo universal, tiempo sidéreo, orlo, ocaso y culminación del sol, y extraños símbolos y grafías llenaban páginas y más páginas. Números, cifras y símbolos ilegibles olvidaban las más excelsas prerrogativas de los dioses.
Pude comprender, y esta fue la primera anotación en mi cuaderno de bitácora, que las historias de las constelaciones no dejaban de ser según estos libros serios, metáforas basadas en lo que la ciencia llamaba principio de iconicidad ¡ Qué espanto!. Asumí con dolor que nunca podría acariciar la Cabellera de Berenice, ni ver a las flores abrirse al paso de la sonrisa de Perséfone, ni estrechar entre mis brazos a la hermosa Ariadna después de haber salido con éxito del laberinto, ni ver a mis padres abrazados y queriéndose para siempre.
Las lecturas al abuelo no interrumpieron mis continuas subidas al Olimpo cada vez que me era posible. Observaba, ahora en soledad, la puesta de sol hasta que llegaba la hora de las esperanzas. Buscaba, una y otra vez liberarme del tormento dictado seguramente por los dioses de ver a mi abuelo consumiéndose día tras día sin remedio. El silencio de los dioses dañó la imagen que de ellos tenía. Busqué alivio en la música invocando a Orfeo, el gran Orfeo, una vez que mi otrora admirado Hércules demasiado trabajado y seguramente supersticioso en la realización de su decimotercer trabajo, me hubiese ignorado por completo. Le supliqué al Orfeo que embelesaba a las fieras y hasta a las piedras con su canto que aplacara la ira que los dioses estaban descargando sin previo aviso sobre mi abuelo, el gran Jasón. Pero mis plegarias resultaron desoídas, para entonces Orfeo había sido despedazado y sus restos ya desperdigados por el espacio. La lira, su lira, estaba allá arriba flotando sin que nadie la tocara.
En mitad de una galerna embozada con un aire de ominosa amenaza los dioses nos habían abandonado a nuestra suerte y a nuestra desgracia. Mi promesa, y la experiencia aprendida de Pandora me hicieron resistir la tentación de abrir el cuaderno de bitácora del abuelo en busca de una solución.Una vela negra presidía ya nuestra nave cuando a través de la claraboya de la azotea vi luz en la habitación de la muerte. La riqueza de Jasón, se tornó entonces su cansancio. Así se liberaba mi abuelo de la pesadumbre, extendiendo los brazos hacia el infinito camino del Olimpo.
Cuando bajé a la habitación del abuelo cantaba y se desbordaba el silencio como después de nuestras veladas astrales mas intensas. El médico cerraba cuidadosamente sus ojos todavía entreabiertos. Mi madre rompía el silencio gritando como siempre pero esta vez entre sollozos:-“Papá, papá, ¿me oyes?, papá, si ya te lo había dicho yo, que ese telescopio te acabaría matando, que todo en esta vida se paga, papá, ¿me oyes?, si la lo decía yo ¡ese maldito telescopio!-Arturo, de nuevo en la azotea, leía en voz alta a las estrellas en ausencia de los dioses la primera página del cuaderno de bitácora de su abuelo Jonás.

Pág 1 ( A Arturo. )
Vivir en belleza, pero no en libertad,
¿quién lo puede soportar?.
¿qué harías tú si tu memoria estuviera llena de olvido?.

¿Pero, quién ha dicho que las estrellas no lloran?.

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Polga. Rosaura- Obuaro 22

Rosaura

Partiendo de la base de que todo
es mucho mas mezquino y mas pequeño
de lo que calculamos
a través de la lupa de los sueños. ( J. Sálvago)


Rosaura se solía sentar en la últimas filas de la clase. Pero no exactamente en la última, siempre disputada por los mas jaraneros y graciosillos de clase, y algún aspirante a gamberrete sin futuro.Rosaura, prudente y serena, callaba y miraba atentamente a la pizarra como si su mirada pudiera atravesarla o transformarla con su desbordante imaginación y sus evocadores sueños. Y probablemente así era. Se quedaba sencillamente ensimismada con una leve sonrisa dibujada en su rostro, que bien podía haber sido de desencanto. O al menos, eso pensaba yo que veía de todo punto imposible sonreír ante una complicada integral, el análisis sintáctico de una oración gramatical sin sentido o la representación gráfica de varias moléculas que, según afirmaba rotundamente la profesora de química, configuraban el carbono.
Para los que teníamos dieciséis años, la sangre hervía y corría por nuestras venas sin descanso, buscábamos sin pausa compañeros de correrías y continuos viajes que discurrían inevitablemente en círculos concéntricos. No había nada comparable por aquel entonces al ritual de la “quedada” de después de clase con tu grupo de amigos, que no era mas que una excusa razonable para seguir jugando como los niños, que decían en el colegio que ya no éramos.
Sentados en el mismo banco del mismo parque, con muchas latas de cerveza a nuestros pies, unos cuántos cigarrillos comprados por unidades, unas cuantas bolsas de patatas fritas, muchas cosas que contar pero nada que decir, muchas risas nada graciosas, conversaciones insulsas y atropelladas a voz en grito y llenas de palabras de las que nos decían que no se debían decir., todo fuera de contexto, así gastábamos nuestro tiempo, que era mucho. Todo para que el resto del mundo nos oyera reír y rebuznar.
Pero Rosaura, cuando venía, ya que no siempre lo hacía ni se dejaba oír. Mantenía la misma expresión en sus cara que ante el encerado de clase. De vez en cuando, sin que nos diéramos cuenta, aproximaba con una delicadeza inusual la lata de cerveza a la comisura de los labios y a pequeños sorbos agotaba su contenido como si en lugar de cerveza se tratara de un sofisticado “negroni” en vaso largo. Las patatas fritas, apenas las mordisqueaba, mas bien las acariciaba con sus dientes, sin tan siquiera humedecerlas, como si se trataran de elaborados canapés ofrecidos en una elegante bandeja de plata. Y así, su boca apenas se abría para comer, apenas lo hacía para beber, ni para hablar. Nunca nadie la vio bostezar ni gesto alguno que evidenciara hambre, sueño, cansancio o aburrimiento.
Solo a veces, en los soñados caminos de la tarde, Rosaura, sentada siempre correctamente con las piernas muy juntas y sus huesudas rodillas al aire escuchaba atentamente a alguno de nosotros contarle nuestros graves problemas sentimentales, conflictos paternofiliales, y desánimos de rebeldes adolescentes descontentos con su vida y enemigos de los oxidados sueños de sus mayores.Era la mejor escuchadora de todos nosotros. Parecía oír a través de su mirada penetrante, cálida, abierta y transparente, y de su sonrisa a la manera de Gioconda. Sus pocas pero siempre certeras palabras, conseguían que te sintieras escuchado, comprendido y acompañado. Porque, en definitiva, los adolescentes se desconciertan mucho cuando descubren que están completamente solos, y cuando vislumbran que así será para siempre. Ellos no quieren vivir a solas sus soledades ni aceptar las limitaciones de los suyos, ni vivir en el mundo que descubren. Pero acaban por claudicar.
Rosaura no parecía participar de las mismas inquietudes, problemas y pequeñas rebeliones de los demás. En alguna de sus raras conversaciones se refería, sin darle mucha importancia y con sorprendente familiaridad, a la vida de alguno de los personajes de los libros que continuamente leía, o de las películas que absorbía como si solo allí habitaran sus rebeldías, preocupaciones, ocupaciones y afectos. Parecía que su reino no era de nuestro mundo.
Me empecé a interesar personalmente por Rosaura, cuando fui plenamente consciente de su desdén hacia lo nuestro. Poco a poco, no sin dificultad, logré compartir con ella algunos de sus disparatados juegos e increíbles proyectos: colocamos un guardador de sueños en la puerta de nuestras casas, como hacían los indios, para que los falsos sueños no cruzaran la puerta construida para ello de marfil. Imitamos y fingimos ser los personajes de sus libros y películas favoritas. Me dejaba "pedirme" los personajes protagonistas pero siempre hacia que los secundarios suyos fueran mejores. Escuchábamos sin descanso, una y otra vez, sus músicas de insomne; ella apenas dormía porque por aquel entonces no debía saber que no es posible que el hombre esté siempre despierto. Fueron buenos tiempos. La realidad apenas nos rozaba. Me enseñó a abrir las ventanas del alma, a distinguir los graves y los agudos del sistema de sonido total, a crear e inventar mis propios sueños regalándolos después a los demás. Acabaríamos, comentábamos entre risas, con el resto de nuestro grupo de amigos, de viejecitos, encorvados, con todas nuestras canas y nuestras arrugas jugando al dominó o a los bolos en el parque donde bebíamos nuestras cervezas.
No sé muy bien cómo, Rosaura hacia que siempre nos mantuviéramos lejos de la monotonía, del tedio, de la vulgaridad, del aburrimiento, no era este un mundo para vivir en él nosotros, sus amigos. Conseguía también mantenernos lejos de esas decepciones inevitables y de esos golpes que da la vida, tan fuertes...Eludíamos la realidad con la naturalidad y destreza de quien solo ha aprendido en los libros y en las películas respuestas para un “happy end”. Fuimos así sellando una profunda y estimulante amistad en un mundo de ensueño creado por nosotros mismos. Y así conocimos a los hiladores de sueños al decir de Machado “la verde esperanza y el torvo miedo”.
Luego vinieron otros tiempos, nos alejamos como después de un sueño, no acertaría a decir en que instante sucedió. Me empezaron a interesar pasiones terrenales, miserias de organizaciones políticas y sindicales, y mi vecino del quinto izquierda. Rosaura, segura y distante como siempre, seguía allá arriba. Había construido su propio templo y levantado sus torres con muchos sueños extraños, con sus temores, con sus lágrimas, habiendo conseguido que fuera mas real que el mundo, que nuestro mundo.
Las tragicomedias de las vida, las dolorosas experiencias y los pequeños y grandes fracasos me hicieron aterrizar muchas veces. Y a fuerza de aterrizajes, muchos de ellos de emergencia, fui aprendiendo a desplegar casi a tiempo el maldito tren de aterrizaje, a esquivar las manchas de aceite, y a aceptar el cuerpo a cuerpo con mis mejores y peores fortunas... Y llegué a saber que toda dicha humana, en fin, pasa como sueños, y hay que aprovecharla el tiempo que dure.
De Rosaura nada supe en años. Un día de esos en los que uno no está muy conforme con la vida acudí sola al cine.-"Todos soñamos lo que somos, aunque ninguno lo entendemos"-. La película decían las críticas era de esas tristes, duras, descarnadas, que te abofetean con una sobredosis de realidad. Se titulaba “La vida soñada de los ángeles”. En la cola del cine, me pareció ver a lo lejos a Rosaura. No sabía qué hacer. -"Hermosa vida que pasó, y parece ya no pasar"-. Desde el instante mismo de su aparición ahondaron sueños en mi memoria. Así, un instinto irrefrenable me condujo hasta ella. Estaba vieja de sí misma. Parecía cansada. Bostezaba. Había engordado muchísimo. Su aliento olía a ginebra. Había exprimido la penumbra de sus sueños en un vaso. Su pelo enmarañado era casi todo blanco. Nadie podría haber adivinado en ella, aquella adolescente frágil, tierna y atractiva, de huesudas rodillas al aire. Su enigmática sonrisa había desaparecido sin dejar rastro. Sólo sus ojos, esos ojos que veían a través del encerado, eran como los de entonces.- "Todo es soñar, el caballito soñado y el caballito de verdad"-....
Mi impulsivo acercamiento fue de lo mas inoportuno. Le pregunté- no había hecho ni puta falta- qué tal le había ido la vida. En pocos minutos supe que sus padres habían muerto después de largas y penosas enfermedades, que su Segismundo refrenó la pasión hacia ella y se casó con otra, que trabajaba en una fotocopiadora por horas, que su guardador de sueños le había sido arrebatado de la misma puerta de su casa, y que había perdido todo contacto con aquellos, los de entonces, refiriéndose a todos nosotros. Súbitamente, se desvanecieron completamente aquellos remotos sueños de nuestra adolescencia en mi cabeza.
No quise seguir hablando. Prometimos llamarnos. Ambas sabíamos que no lo haríamos. Justo antes de entrar en el cine no pude evitar preguntarle.- Rosaura, ¿Te acuerdas de nuestros viejos sueños?- ¿Sueños dices?, sí, ahora duermo mucho mejor que antes, -me contestó.
Isa, María, Rosaura... y la aceptación de aquello contra lo que siempre habían luchado.

Serás uno más, perdido
viviendo de algún trabajo
deprimente y mal pagado
soñando en algo mejorque no llega(J. Gil de Biedma)


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Paradigma- Obuaro 21

De lo mas interesante que me han pasado. Y va de monos...

Sobre Cómo Se Crea un Paradigma

Un grupo de científicos colocó cinco monos en una jaula, en cuyo centro colocaron una escalera y, sobre ella, un montón de bananas. Cuando un mono subía la escalera para agarrar las bananas, los científicos lanzaban un chorro de agua fría sobre los que quedaban en el suelo. Después de algún tiempo, cuando un mono iba a subir la escalera, los otros lo agarraban a palos.

Pasado algún tiempo más, ningún mono subía la escalera, a pesar de la tentación de las bananas. Entonces, los científicos sustituyeron uno de los monos.La primera cosa que hizo fue subir la escalera, siendo rápidamente bajado por los otros, quienes le pegaron. Después de algunas palizas, el nuevo integrante del grupo ya no subió más la escalera. Un segundo mono fue sustituido, y ocurrió lo mismo. El primer sustituto participó con entusiasmo de la paliza al novato.Un tercero fue cambiado, y se repitió el hecho. El cuarto y, finalmente, el último de los veteranos fue sustituido.

Los científicos quedaron, entonces, con un grupo de cinco monos que, aun cuando nunca recibieron un baño de agua fría, continuaban golpeando a aquel que intentase llegar a las bananas.

Si fuese posible preguntar a algunos de ellos por qué le pegaban a quien intentase subir la escalera, con certeza la respuesta sería:"No se, las cosas siempre se han hecho así, aquí..."

"Es mas fácil desintegrar un átomo que un pre-concepto" -Albert Einstein.

Crimen Ferpecto- Obuaro 20

Crimen Ferpecto - Alex de la Iglesia

-¿Cuál es el mensaje que late debajo del argumento de 'Crimen Ferpecto'? ¿Que nada es perfecto? ¿Que nos tenemos que conformar con lo que hay?-Hombre, si nos ponemos ortodoxos, la película podría definirse como un patético estudio sobre lo erróneo que resulta creer que el mundo va bien. Para Rafael, todo va bien hasta que deja de ir bien. Al principio, asume este hecho terrible, pero no quiere que nadie se entere. Es una opción muy socorrida: 'Yo vivo con mi Horror y lo escondo como puedo.' Lo malo es que el Horror suele hacerse tan evidente que no puede disimularse. En este caso, la única salida que él encuentra es la locura. Volverse loco y encerrarse en una pesadilla de crímenes.Yo me estoy volviendo loco poco a poco, como cantaba Azul y Negro.

Es un hecho, Yo, Alex de la Iglesia, con la edad, pierdo la razón, o quizá sea al revés, que todo se deforma grotescamente a mi alrededor. Tampoco me importa en exceso. Soy un idiota rodeado de una tempestad de ruido y de furia, como plantea el personaje. Hace mucho que no creo en nada, y eso me confunde. El mundo no es como me lo imaginaba. Me lo imaginaba mal, pero es muchísimo peor, eso me provoca diversos sentimientos, todos malos. Envidia, rencor, dolor, mucho dolor. Sin embargo, no puedo olvidar que hace mucho tiempo, en una galaxia realmente lejana, yo creía en algo. Y ese recuerdo me hace creer en la comedia, como una especie de expiación o redención de los males, algo que no explica ni justifica, pero por lo menos mejora la existencia, o la hace más o menos soportable. Si nos van a cortar la cabeza, que sea sonriendo

Polga. No beberás- Obuaro 19

PROPÓSITOS DE DES-ENMIENDA

Y aquel que quiere escapar del viento y del suicidio y ya no tiene fuerzas para beber una cerveza tras otra durante toda la semana, tiene que poner pies en polvorosa y huir, sólo así puede salvarse una persona sensible.( Bohumil Hrabal ).

2. No beberás.

Esa noche Alien luchaba por salir. Por el esófago regurgitaban esos ácidos olorosos que remueven hasta las entrañas. La lengua, toda de madera, era incapaz de captar cualquier temperatura o sabor. Le era imposible localizar cuál era la parte del cuerpo que más le dolía. Una vez, hace muchos años, en el colegio, Gascón le había propinado una buena paliza, de la que aún saliendo triunfante recordaba ese dolor que provocaron los golpes, firmando con numerosos moratones y magulladuras. Recordaba, esa misma sensación, esa total imposibilidad para levantarse de la cama. Ése no saber que postura es peor. Necesitaba, pero le faltaba valor, prepararse ese mágico bebedizo del que Huston y Hemingway solían abusar, ese estupendo Bloody Mary, con 1\ 3 más de vodka que de costumbre.
Estas noches son de esas en la que uno sabe que definitivamente debería dejar de beber. Esas veces en las que, cómo reza el eslogan del Ministerio de Sanidad " cuando crees que has bebido bastante, ya has bebido demasiado", ó eso de que "vivir no es beber".
Reflexionas, siempre al día siguiente, con un vaso de agua, de café, o de zumo concentrado de bote. Repasas el secreto encerrado en el fondo de la deseada copa, el reflejo de esos días sin huella, para recordar que uno no sabe si un día de estos podrá intentar dejar de beber. Cómo tampoco sabe si podrá intentar dejar de amar. Y se oscurece la perspectiva de esos días de vino y de rosas, ó de esos días en los que uno "will leave Madrid", cuando el deseo de beber le atormente. Cuando la cabeza, hipnotizada por la claridad, torture el cuerpo hasta la esclavitud. Cuándo sobrevenga la impotencia. Cuando mires en el espejo tu cara destruida con los ojos violentos. Cuándo llegue el infierno, y al final el vómito en la alfombra. Pero no sólo es por el alcohol, no todo es por el alcohol.
Sospechas que podrás acabar colgando botellas del balcón de tu casa, suspendidas por una cuerda, ó bien, después de un amor no correspondido, acabarás colgándote por el cuello con esa misma soga. Bogie, experto fumador y bebedor dentro y fuera del celuloide, nos lo decía " una copa a tiempo, té salva el cuello ". Y si no que se lo digan a Odiseo, cuándo en manos del Cíclope, sujetó la mente de éste con vino, para clavarle la estaca de hierro ardiente en el ojo. Y una vez salvados, con sus huestes brindaron con el mismo vino por la huida de la muerte durante todo el día, hasta que Helios se sumergió y caída la oscuridad descansaron en los dulces brazos de Morfeo, hasta por la mañana.
Su primera borrachera, allá por sus años de niño, fue- le contó su madre -, en la boda del tío Antonio, y fue de vino con Casera, el hoy llamado " tinto de verano ". De ahí que contara siempre a sus amigos que en esto del alcohol él era como Picasso; él no buscó el alcohol, el alcohol le encontró a él. Desde entonces presumía de ser el auténtico genio de la botella. Si le frotabas una vez sabía de tres bebidas afrodisiacas. Si le formulabas el primer deseo te recomendaba un vino de crianza. Si le pedías un segundo deseo, situaba las bebidas en los mejores lugares, esos bares. Y si te atrevías a formular el tercero, como manda la tradición, te acompañaba al lugar, pedía una copa y se quedaba. Y te contaba, y se inventaba.
Después, la primera borrachera buscada, fue de esas entre amigos, de las que uno no se arrepiente. Fue al final de aquel verano, en la playa, entre la arena. Y culminó con aquel beso a esa chica, la de la mirada triste, de cuyo nombre querría acordarse.
A lo largo de los años, su relación con los vaporosos elixires-(por qué será que los ingleses les llaman "spirits"), fue completándose. Y así al trago de la camaradería se sumó el del valor, y a éste último el trago del consuelo; ese necesario cuando la vida da esos golpes tan fuertes que él no sabía y que sí sabía César Vallejo. Y así, una vez por otra caminaba hacia la perdición de su alma, cruzando el río Estigio. Y así levantándose constantemente el ánimo con un vaso de whiskey con dos piedras de hielo, que hablaban al chocarlas y que le acariciaban al tocarlas con el dedo; o bien, ese trago corto de bourbon en el que buscaba a Jack desesperadamente, y allí aparecía papá Daniel´s. O, después de beber mucha cerveza, un día, había visto la huella del dedo de Dios, como le pasara a Hrabal.
Pero ese beber entre amigos, era de esas sensaciones que los fanáticos de la salud- al bien decir de Barral-, no disfrutarán a lo largo de toda su vida. Y nunca sabrán " come é fatto il sapere"-, en el modo de Leopardi. Ese dejar caer la mano sobre el hombro de un amigo, sabiendo, cómo decía D. Jaime, Gil de Biedma, que hay paz en nosotros y en nuestros cuerpos.
El don del vino, la divinidad de su liturgia. El tiempo de bares, sentado en su barra, esas noches laborables más acá del bien y del mal, te bebes la vida y casi siempre tu estómago te recuerda que la vida no está ahí para apurarla de un trago, que hay que devorarla, o cuando menos te lo esperas, va y te engulle. Dentro ya de la ballena, uno no bebe para olvidar que bebe, sino para abandonar a golpe de timón las mareas negras, porque uno no es un príncipe, aunque a veces siga creyendo, que los pobres no son más que príncipes que tienen que reconquistar su reino.
Esas noches, mete uno la luna en las copas, como en el "Ladrón en la alcoba"- perfectamente, barón, replicaba el camarero, - "la luna en las copas". Es éste un país sin extranjeros, de vecinos sin patria que saben, como sabía Bogie, que el mundo lleva un par de tragos de retraso. De noche, mientras agoniza Faulker, nos adentramos en las oscuridades y allí se empieza a cocer una buena resaca. De esas que valen, y que no cuestan.
Entonces, hueles el mundo perfumado de Teige, los sueños se hacen realidad y eres capaz de gritar tu nombre a los cuatro vientos, para que sepan que aún estás ahí. Para que noten que estás vivo. Llámalo sueño, si quieres. Y la verdad engorda, se evidencia; la inteligencia se estira, se envanece, y esas noches uno sabe que cuando se retire del alcohol, no le quedará más remedio que retirarse, como Sálvago, de la poesía.
Y a veces, de repente, a la salida de un garito infecto, ves amanecer cuando se muestra Eos, la que nace de la mañana, la de los dedos de rosa... , y ese instante se confunde con la vida.
Ellos, los abstemios dogmáticos, se lo pierden. Tú, construirás tus propios "scaffolds".Y crearás el Paraíso, lleno de manzanas y reptiles bailando al son de tus palmas. Los envidiosos les llamarán paraísos artificiales. Pues tú, "see and raise". Acógete sin más a la Quinta Enmienda. Y la chica más bonita del baile te deseará con la mirada, tanto como tú a ella, y golpearás con tu risa la cabeza de su acompañante. Planearás una vuelta al mundo sin reloj, que podrá ser a pie ó incluso a nado. Vivirás " El Quijote" sin importarte qué versión. Y te creerás Alonso Quijano, Corto Maltés, Batman o Ulises. Supermán, no, siempre ha ido muy mal vestido, incluso cuando hace de Clark Kent. Y harás de amante "sine die" y de profeta "carpe diem". Y alquilarás un Seat 1.500 para conducir con Kerouac otra vez, por el camino. Siempre tendrás a mano un motel y un surtidor de gasolina desde París hasta Texas. Y cuando juegues al billar, el taco golpeará por ti. Y te buscarás la vida. Y ganarás mucho dinero. Y meterás billetes en una botella tirándola al mar para que llegue a cualquier náufrago en apuros.
Te acercarás a Marylin y ella te besará en la boca, como nunca nadie lo ha hecho antes. Después te pedirá otro beso, y otro más, mientras Dimaggio palidecerá de envidia porque la tentación ya no vivirá arriba. Y hablarás otras lenguas cómo si el método Assimil hubiera sido eficaz, y cómo si te hubiese iluminado el Espíritu Santo, ó como si te hubiera poseído el diablo, que para Waits no existe, sino que es Dios cuando está borracho.
Reirás caminando sobre el hielo, y practicarás el funambulismo por la raya discontinua de la carretera. Y aterrizarás como un avión en los brazos de los tuyos. Recitarás de memoria poemas del colegio, versos ridículos y chistes malos. Despreciarás todo chisme. Fingirás ser un personaje público ó un famoso. Escribirás odas e himnos sorprendiéndote a ti mismo de tus conocimientos de métrica y retórica. Cantarás rock ( "I´m full of bourbon" ). Dibujarás los trazos de una canción. Te beberás el Mississippi ( "Last night I chugged the Mississippi" ). Acabarás cambiando de lugar; de California a Nevada porque- cariño, ya te has bebido todo este Estado-. Interpretarás a Dvoràk y "De mi vida", de Smetana. Te creerás capaz de conquistar el mundo y ponerlo a tus pies. Triunfará tu revolución, que ya no será el absurdo trabajo de arar en el mar. Cambiarás la palabra, la vida y el mundo conjugando a Mallarmé, Rimbaud y Marx.
Y cuando estés con otros, esa burbuja de cordialidad, invadirá como un hechizo a los que aprecias y contigo están. Haréis un equipo de fútbol, montareis una próspera empresa, editareis una revista y haréis promesas incumplibles. Si veis caer estrellas fugaces, al pedirles un deseo, sólo de todos vosotros podrá surgir el único deseo, el de estar allí otra vez juntos en la desconocida Eternidad, esa montaña tan alta como el Everest. En ella, te sentarás en la taberna del Tigre de Oro, apoyando tu cerveza en los posavasos con dos tigres negros, que luego serán tres y luego tres más. Y no podréis contarlo. Porque los deseos formulados ante las estrellas no se cumplen si se cuentan.Tampoco se cumplen cuando no se cuentan.
Y comenzarán los juegos, después de haber ganado la apuesta a Cronos, ya nada importa. Primero, como los niños, invadiréis un parque infantil y bajareis por el tobogán una y otra vez, con los brazos en alto como descienden los americanos en las montañas rusas en las películas. Y os columpiareis hasta llegar lo más alto que podáis. Nunca estarás demasiado arriba. Como nunca se cae demasiado abajo. Y a estos juegos se sucederán otros, algo menos infantiles, y jugareis a los médicos, a las enfermeras de noche, a las bodas y a los funerales. Y puede que alguno de vosotros, ya demenciado, amenace a una estatua de cemento con una penetración anal.
Y esto, sí que es un milagro. Y habrá una verdad en la que vayáis de la noche a las fortunas amarillas, a olvidar el silencio, que diría Gamoneda. Y la vida encarcelada en los recuerdos, liberará estos tras una copa bien tomada. Y prometeremos enmendarnos como Andreas prometía a Santa Teresa de Lisieux. Y uno sabe que sólo podrá dejar de beber si peligra su vida. Pero también sabe que su vida peligra si deja de beber.
Bebe vino ¡ largo será el tiempo que habrás de dormir bajo tierra sin compañía de mujer y sin amigos!
Oye este secreto: los tulipanes secos no resucitan.( Omar Khayyam).

Gebe gott uns allen, uns trinkern, einen so leichten und shönen Tod. ( Joseth Roth ).
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Doble retrato con copa de vino
-Chagall-

Polga. Tiempo- Obuaro 18

Según el Diccionario de la RAE primero, y según el obuaro sobrevenido después.

tiempo.
obuaro:Time, tempo

(Del
lat. tempus).
obuaro:Tempus, equipo de baloncesto de los 80, con Sautu y Jose Luis Llorente entre los jugadores. Antes o después fue el Inmobanco.

1. m. Duración de las cosas sujetas a mudanza.
obuaro:deberías cambiarte de muda todos los días u olerás. Y no tendrás impulso.

2. m. Magnitud física que permite ordenar la secuencia de los sucesos, estableciendo un pasado, un presente y un futuro. Su unidad en el Sistema Internacional es el segundo.
obuaro: el pasado lo inventamos, el futuro es incierto, y el presente ya pasó. Todo pasa en un segundo.

3. m. Parte de esta secuencia.
obuaro: secuencia del YA.

4. m. Época durante la cual vive alguien o sucede algo. En tiempo de Trajano. En tiempo del descubrimiento de América.
obuaro: "en tiempo de los apóstoles( apostoles) había unos hombres bárbaros(barbaros) que se subían a los árboles(arboles) para comerse los pájaros(pajaros). Texto que pertenece al cuaderno de dictados de título "breve ortografía escolar" para practicar el uso de los acentos. En la corrección del dictado se leía la frase con y sin acentuar.

5. m. estación (ǁ del año).
obuaro: añado ( de tren). Véase estaciones creadas para el transporte de viajeros en las que los trenes no paran en busca de la rentabilidad del sistema de ferrocarriles. Siglo XXI cambalache al cuadrado de la hipotenusa del imposible triángulo.
estación de los amores que vienen y van, pero nunca se quedan. La donna e il uomo sonno mobile/
Qual piuma al vento/Mutanno d'accento/E di pensier.

6.
m. edad (ǁ tiempo vivido).
obuaro:dícese experiencia, eufemísticamente hablando.
los deseos no envejecen a pesar de la edad...( Battiato)
no es el tiempo el que pasa, somos nosotros mismos.
convertirse en un carcamal y estar orgulloso.

7. m. edad (ǁ de una cosa).
obuaro:de las pequeñas cosas sin importancia, tiempo de uso, depreciaciones de valor, o bien pequeños equívocos sin importancia.

8. m. Oportunidad, ocasión o coyuntura de hacer algo. A su tiempo. Ahora no es tiempo.
obuaro: Destiempo, sin sentido de la oportunidad, out of time. No llegar nunca al sitio adecuado en el momento justo. Ausencia de buena suerte. Estrellado.

9. m. Lugar, proporción o espacio libre de otros negocios. No tengo tiempo.
obuaro: Extraña frase "no tengo tiempo" según el jefe de los Papalagi. Mentira cuando se afirma eso de "no tengo tiempo para ir al gimnasio", "no tengo tiempo de ver a mis amigos"; también se emplea erróneamente la expresión " cuando tenga tiempo...".No tener tiempo, en este caso, significa elegir otra actividad o dedicar tu tiempo a otra cosa. El tiempo no se tiene, pasa, se emplea, se usa, en lo que se decida previo establecimiento de orden de prioridades.

10. m. Largo espacio de tiempo. Tiempo ha que no nos vemos.
obuaro: defina y reflexione sobre el sentido de "largo espacio de tiempo" que no es un largo tiempo en el espacio. Espacio y tiempo juegan al ajedrez. "Tiempo ha que no nos vemos" enroque para disculparse por la falta de interés o dedicación al arte de frecuentarse.

11. m. Cada uno de los actos sucesivos en que se divide la ejecución de algo; como ciertos ejercicios militares, las composiciones musicales, etc.
obuaro:sentido de la armonía y del ritmo 1,2,1,2. Algo muy descuidado en las composiciones musicales al uso del momento en las que se echa el brazo y pie del mismo lado en el mismo paso al mismo tiempo.

12. m. Estado atmosférico. Hace buen tiempo.
obuaro: lo correcto sería decir condiciones meteorológicas favorable o adversas, pero ¿para qué?, ¿para quién?.
Buen tiempo para la mayoría de la gente es una temperatura de 40 grados centígrados a la sombra y la imposibilidad para desplazarse, pensar, o realizar algún tipo de movimiento sin sufrir un colapso respiratorio o una deshidratación.

13. m. Esgr. Golpe que a pie firme ejecuta el tirador para llegar a tocar al adversario.
obuaro: touché.

14. m. Gram. Cada una de las divisiones de la conjugación correspondientes al instante o al período en que se ejecuta o sucede lo significado por el verbo.
obuaro: división cada vez mas olvidada y postergada en las sucesivas reformas educativas. Es practicamente imposible saber en algunas conversaciones en qué momento se ejecuta, ejecutó o se ejecutará una acción y el significado o sentido de esta.

15. m. Mar. Tempestad duradera en el mar. Correr un tiempo. Aguantar un tiempo.
obuaro: véase y léase a Joseph Conrad " El espejo del mar". No te quedes varado.

16. m. Mec. Fase de un motor de explosión o combustión interna.
obuaro: caracteres de cuatro tiempos, de dos tiempos...segundos, de dos a cuatro, que tardan en hacerte perder los nervios los malos tiempos antes de explotar. Los cilindros ayudan en la escapada.

17. m. Mús. Cada una de las partes de igual duración en que se divide el compás.
obuaro:4x4 en este contexto no es un coche para aparcar encima de aceras con bordillos altos.

1. m. Gram. El que expresa el momento de una acción o un estado de cosas situados con respecto al momento en que se habla. Son: presente, pretérito perfecto simple, pretérito perfecto compuesto, futuro e imperativo.
obuaro: la gramática, como la capacidad de cálculo numérica, pasarán a ser de tiempos pasados y nos darán tipos poco hechos y mal pasados, fuera de los tiempos de cocción recomendados.

~ compartido.
obuaro: tiempo compartido en el campo laboral, vease asertividad y capacidad para desarrollar trabajo en equipo, que no es mas que cargar a uno con el trabajo de los demás a la manera de los "trabajos" que se hacían en el colegio. En definitiva, no es mas que un intento de conjugar recursos humanos y económicos para la consecución de un fin aunando conocimientos y esfuerzos. Acaba siendo un ejercicio de sociabilización, reuniones, encuentros, desencuentros, almuerzos y cafes, en el que, finalmente, uno del equipo tiene como roll desarrollar para la consecución del objetivo, en tiempo record, el trabajo encomendado en un tiempo razonable a todo el equipo.

~ crudo.
obuaro: lo llevamos crudo. Hechos, pocos. El tiempo no perdona. Y está ya al precio del crudo. Vale su peso en oro, y negro. No se actualizan con el IPC y no los regula el mercado.
Suelen durar una eternidad.


~ de pasión.
obuaro: no vistas de rojo. Arrebatarse, entrar al engaño, para acabar rodando y sin puntilla, y con las orejas en su sitio.

~ inmemorial.
obuaro: cualquier tiempo necesita una buena memoria o se queda fuera al no poder procesarse "a tiempo", se abandona al olvido.

~ muerto.
obuaro: en el trabajo es un gap insalvable entre una tarea y otra que en el diagrama original constituían una secuencia perfecta, en baloncesto, un minuto, en la realidad todo tiempo nace ya muerto y no hay nada que hacer.

~ perdido.
obuaro: Proust nos lo explica y lo busca, otra cosa es que lo encuentre. " Hace mucho tiempo, me he acostado temprano. A veces, nada mas apagada la vela, mis ojos se cerraban tan deprisa que no tenía tiempo de decirme" Estoy durmiéndome". Así empieza por la parte de Swan.
" Por eso, si me fuera dejado el tiempo suficiente para llevar a cabo mi obra, no dejaría yo ante todo de describir en ella a los hombres, aunque debiera hacerlos parecerse a seres monstruosos, como si ocupasen un lugar tan considerable, al lado de ese otro tan restringido que les está reservado en el espacio, un lugar prolongado en cambio hasta la desmesura puesto que tocan simultáneamente, como gigantes inmersos en los años, las épocas vividas por ellos tan distantes, y entre las cuales tantos días ha venido a situarse- en el Tiempo." Así acaba el Tiempo Recobrado.

~ relativo.
obuaro: Einstein lo enfocaba de manera algo mas compleja en una fórmula, si la relatividad fuera sencilla no requeriría de una fórmula para su desarrollo. Tiempo del ni sí, ni no, ni bueno, ni malo. Eso de que todo es relativo y lo de que todas las ideas son respetables...atrocidades de la absoluta ignorancia de nuestro tiempo. Ya lo pagaremos.

~ sidéreo.
obuaro: ¡si las estrellas hablaran.. y nos guiaran, en lugar de los políticos con carisma que nos estrellan!.

~s heroicos.
obuaro: malos tiempos para la lírica y los héroes. Habría que remontarse a la antiguedad. Heroicidad es levantarse por las mañanas. X-men y los de la Marvel aún sobreviven pero en sus nuevas historias tienen pasiones y ambiciones humanas. Heróico llegar a fin de mes, heróico es estar, permanecer, ser. Los héroes juegan a ser dioses, y éstos descargan su ira contra todos nosotros.

1.
fr. matar el tiempo
obuaro: para no morir le matas, le matas porque es tuyo, el tiempo que te toca vivir, como una lotería en la que participas sin haber comprado boleto. El tiempo es un hábil asesino al que nunca nadie condena.Cuenta siempre con una buena defensa.