PROPÓSITOS DE DES-ENMIENDA
Y aquel que quiere escapar del viento y del suicidio y ya no tiene fuerzas para beber una cerveza tras otra durante toda la semana, tiene que poner pies en polvorosa y huir, sólo así puede salvarse una persona sensible.( Bohumil Hrabal ).
2. No beberás.
Esa noche Alien luchaba por salir. Por el esófago regurgitaban esos ácidos olorosos que remueven hasta las entrañas. La lengua, toda de madera, era incapaz de captar cualquier temperatura o sabor. Le era imposible localizar cuál era la parte del cuerpo que más le dolía. Una vez, hace muchos años, en el colegio, Gascón le había propinado una buena paliza, de la que aún saliendo triunfante recordaba ese dolor que provocaron los golpes, firmando con numerosos moratones y magulladuras. Recordaba, esa misma sensación, esa total imposibilidad para levantarse de la cama. Ése no saber que postura es peor. Necesitaba, pero le faltaba valor, prepararse ese mágico bebedizo del que Huston y Hemingway solían abusar, ese estupendo Bloody Mary, con 1\ 3 más de vodka que de costumbre.
Y aquel que quiere escapar del viento y del suicidio y ya no tiene fuerzas para beber una cerveza tras otra durante toda la semana, tiene que poner pies en polvorosa y huir, sólo así puede salvarse una persona sensible.( Bohumil Hrabal ).
2. No beberás.
Esa noche Alien luchaba por salir. Por el esófago regurgitaban esos ácidos olorosos que remueven hasta las entrañas. La lengua, toda de madera, era incapaz de captar cualquier temperatura o sabor. Le era imposible localizar cuál era la parte del cuerpo que más le dolía. Una vez, hace muchos años, en el colegio, Gascón le había propinado una buena paliza, de la que aún saliendo triunfante recordaba ese dolor que provocaron los golpes, firmando con numerosos moratones y magulladuras. Recordaba, esa misma sensación, esa total imposibilidad para levantarse de la cama. Ése no saber que postura es peor. Necesitaba, pero le faltaba valor, prepararse ese mágico bebedizo del que Huston y Hemingway solían abusar, ese estupendo Bloody Mary, con 1\ 3 más de vodka que de costumbre.
Estas noches son de esas en la que uno sabe que definitivamente debería dejar de beber. Esas veces en las que, cómo reza el eslogan del Ministerio de Sanidad " cuando crees que has bebido bastante, ya has bebido demasiado", ó eso de que "vivir no es beber".
Reflexionas, siempre al día siguiente, con un vaso de agua, de café, o de zumo concentrado de bote. Repasas el secreto encerrado en el fondo de la deseada copa, el reflejo de esos días sin huella, para recordar que uno no sabe si un día de estos podrá intentar dejar de beber. Cómo tampoco sabe si podrá intentar dejar de amar. Y se oscurece la perspectiva de esos días de vino y de rosas, ó de esos días en los que uno "will leave Madrid", cuando el deseo de beber le atormente. Cuando la cabeza, hipnotizada por la claridad, torture el cuerpo hasta la esclavitud. Cuándo sobrevenga la impotencia. Cuando mires en el espejo tu cara destruida con los ojos violentos. Cuándo llegue el infierno, y al final el vómito en la alfombra. Pero no sólo es por el alcohol, no todo es por el alcohol.
Sospechas que podrás acabar colgando botellas del balcón de tu casa, suspendidas por una cuerda, ó bien, después de un amor no correspondido, acabarás colgándote por el cuello con esa misma soga. Bogie, experto fumador y bebedor dentro y fuera del celuloide, nos lo decía " una copa a tiempo, té salva el cuello ". Y si no que se lo digan a Odiseo, cuándo en manos del Cíclope, sujetó la mente de éste con vino, para clavarle la estaca de hierro ardiente en el ojo. Y una vez salvados, con sus huestes brindaron con el mismo vino por la huida de la muerte durante todo el día, hasta que Helios se sumergió y caída la oscuridad descansaron en los dulces brazos de Morfeo, hasta por la mañana.
Su primera borrachera, allá por sus años de niño, fue- le contó su madre -, en la boda del tío Antonio, y fue de vino con Casera, el hoy llamado " tinto de verano ". De ahí que contara siempre a sus amigos que en esto del alcohol él era como Picasso; él no buscó el alcohol, el alcohol le encontró a él. Desde entonces presumía de ser el auténtico genio de la botella. Si le frotabas una vez sabía de tres bebidas afrodisiacas. Si le formulabas el primer deseo te recomendaba un vino de crianza. Si le pedías un segundo deseo, situaba las bebidas en los mejores lugares, esos bares. Y si te atrevías a formular el tercero, como manda la tradición, te acompañaba al lugar, pedía una copa y se quedaba. Y te contaba, y se inventaba.
Después, la primera borrachera buscada, fue de esas entre amigos, de las que uno no se arrepiente. Fue al final de aquel verano, en la playa, entre la arena. Y culminó con aquel beso a esa chica, la de la mirada triste, de cuyo nombre querría acordarse.
A lo largo de los años, su relación con los vaporosos elixires-(por qué será que los ingleses les llaman "spirits"), fue completándose. Y así al trago de la camaradería se sumó el del valor, y a éste último el trago del consuelo; ese necesario cuando la vida da esos golpes tan fuertes que él no sabía y que sí sabía César Vallejo. Y así, una vez por otra caminaba hacia la perdición de su alma, cruzando el río Estigio. Y así levantándose constantemente el ánimo con un vaso de whiskey con dos piedras de hielo, que hablaban al chocarlas y que le acariciaban al tocarlas con el dedo; o bien, ese trago corto de bourbon en el que buscaba a Jack desesperadamente, y allí aparecía papá Daniel´s. O, después de beber mucha cerveza, un día, había visto la huella del dedo de Dios, como le pasara a Hrabal.
Pero ese beber entre amigos, era de esas sensaciones que los fanáticos de la salud- al bien decir de Barral-, no disfrutarán a lo largo de toda su vida. Y nunca sabrán " come é fatto il sapere"-, en el modo de Leopardi. Ese dejar caer la mano sobre el hombro de un amigo, sabiendo, cómo decía D. Jaime, Gil de Biedma, que hay paz en nosotros y en nuestros cuerpos.
El don del vino, la divinidad de su liturgia. El tiempo de bares, sentado en su barra, esas noches laborables más acá del bien y del mal, te bebes la vida y casi siempre tu estómago te recuerda que la vida no está ahí para apurarla de un trago, que hay que devorarla, o cuando menos te lo esperas, va y te engulle. Dentro ya de la ballena, uno no bebe para olvidar que bebe, sino para abandonar a golpe de timón las mareas negras, porque uno no es un príncipe, aunque a veces siga creyendo, que los pobres no son más que príncipes que tienen que reconquistar su reino.
Esas noches, mete uno la luna en las copas, como en el "Ladrón en la alcoba"- perfectamente, barón, replicaba el camarero, - "la luna en las copas". Es éste un país sin extranjeros, de vecinos sin patria que saben, como sabía Bogie, que el mundo lleva un par de tragos de retraso. De noche, mientras agoniza Faulker, nos adentramos en las oscuridades y allí se empieza a cocer una buena resaca. De esas que valen, y que no cuestan.
Entonces, hueles el mundo perfumado de Teige, los sueños se hacen realidad y eres capaz de gritar tu nombre a los cuatro vientos, para que sepan que aún estás ahí. Para que noten que estás vivo. Llámalo sueño, si quieres. Y la verdad engorda, se evidencia; la inteligencia se estira, se envanece, y esas noches uno sabe que cuando se retire del alcohol, no le quedará más remedio que retirarse, como Sálvago, de la poesía.
Y a veces, de repente, a la salida de un garito infecto, ves amanecer cuando se muestra Eos, la que nace de la mañana, la de los dedos de rosa... , y ese instante se confunde con la vida.
Ellos, los abstemios dogmáticos, se lo pierden. Tú, construirás tus propios "scaffolds".Y crearás el Paraíso, lleno de manzanas y reptiles bailando al son de tus palmas. Los envidiosos les llamarán paraísos artificiales. Pues tú, "see and raise". Acógete sin más a la Quinta Enmienda. Y la chica más bonita del baile te deseará con la mirada, tanto como tú a ella, y golpearás con tu risa la cabeza de su acompañante. Planearás una vuelta al mundo sin reloj, que podrá ser a pie ó incluso a nado. Vivirás " El Quijote" sin importarte qué versión. Y te creerás Alonso Quijano, Corto Maltés, Batman o Ulises. Supermán, no, siempre ha ido muy mal vestido, incluso cuando hace de Clark Kent. Y harás de amante "sine die" y de profeta "carpe diem". Y alquilarás un Seat 1.500 para conducir con Kerouac otra vez, por el camino. Siempre tendrás a mano un motel y un surtidor de gasolina desde París hasta Texas. Y cuando juegues al billar, el taco golpeará por ti. Y te buscarás la vida. Y ganarás mucho dinero. Y meterás billetes en una botella tirándola al mar para que llegue a cualquier náufrago en apuros.
Te acercarás a Marylin y ella te besará en la boca, como nunca nadie lo ha hecho antes. Después te pedirá otro beso, y otro más, mientras Dimaggio palidecerá de envidia porque la tentación ya no vivirá arriba. Y hablarás otras lenguas cómo si el método Assimil hubiera sido eficaz, y cómo si te hubiese iluminado el Espíritu Santo, ó como si te hubiera poseído el diablo, que para Waits no existe, sino que es Dios cuando está borracho.
Reirás caminando sobre el hielo, y practicarás el funambulismo por la raya discontinua de la carretera. Y aterrizarás como un avión en los brazos de los tuyos. Recitarás de memoria poemas del colegio, versos ridículos y chistes malos. Despreciarás todo chisme. Fingirás ser un personaje público ó un famoso. Escribirás odas e himnos sorprendiéndote a ti mismo de tus conocimientos de métrica y retórica. Cantarás rock ( "I´m full of bourbon" ). Dibujarás los trazos de una canción. Te beberás el Mississippi ( "Last night I chugged the Mississippi" ). Acabarás cambiando de lugar; de California a Nevada porque- cariño, ya te has bebido todo este Estado-. Interpretarás a Dvoràk y "De mi vida", de Smetana. Te creerás capaz de conquistar el mundo y ponerlo a tus pies. Triunfará tu revolución, que ya no será el absurdo trabajo de arar en el mar. Cambiarás la palabra, la vida y el mundo conjugando a Mallarmé, Rimbaud y Marx.
Y cuando estés con otros, esa burbuja de cordialidad, invadirá como un hechizo a los que aprecias y contigo están. Haréis un equipo de fútbol, montareis una próspera empresa, editareis una revista y haréis promesas incumplibles. Si veis caer estrellas fugaces, al pedirles un deseo, sólo de todos vosotros podrá surgir el único deseo, el de estar allí otra vez juntos en la desconocida Eternidad, esa montaña tan alta como el Everest. En ella, te sentarás en la taberna del Tigre de Oro, apoyando tu cerveza en los posavasos con dos tigres negros, que luego serán tres y luego tres más. Y no podréis contarlo. Porque los deseos formulados ante las estrellas no se cumplen si se cuentan.Tampoco se cumplen cuando no se cuentan.
Y comenzarán los juegos, después de haber ganado la apuesta a Cronos, ya nada importa. Primero, como los niños, invadiréis un parque infantil y bajareis por el tobogán una y otra vez, con los brazos en alto como descienden los americanos en las montañas rusas en las películas. Y os columpiareis hasta llegar lo más alto que podáis. Nunca estarás demasiado arriba. Como nunca se cae demasiado abajo. Y a estos juegos se sucederán otros, algo menos infantiles, y jugareis a los médicos, a las enfermeras de noche, a las bodas y a los funerales. Y puede que alguno de vosotros, ya demenciado, amenace a una estatua de cemento con una penetración anal.
Y esto, sí que es un milagro. Y habrá una verdad en la que vayáis de la noche a las fortunas amarillas, a olvidar el silencio, que diría Gamoneda. Y la vida encarcelada en los recuerdos, liberará estos tras una copa bien tomada. Y prometeremos enmendarnos como Andreas prometía a Santa Teresa de Lisieux. Y uno sabe que sólo podrá dejar de beber si peligra su vida. Pero también sabe que su vida peligra si deja de beber.
Bebe vino ¡ largo será el tiempo que habrás de dormir bajo tierra sin compañía de mujer y sin amigos!
Oye este secreto: los tulipanes secos no resucitan.( Omar Khayyam).
Gebe gott uns allen, uns trinkern, einen so leichten und shönen Tod. ( Joseth Roth ).
@copyrightpolga
Oye este secreto: los tulipanes secos no resucitan.( Omar Khayyam).
Gebe gott uns allen, uns trinkern, einen so leichten und shönen Tod. ( Joseth Roth ).
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-Chagall-
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