El sol entrando por la ventana se ha empeñado hoy domingo 14 de enero de 2007 varias veces en despertarme. Pero he acabado ganándole la partida y me he levantado a eso del medío día. Pocas personas se pueden permitir este lujo, para que esto que cuento sea posible tienes que ser un ser muy solitario y muy prescindible.
Estas sensaciones de libertad y desapego suelen solo ocurrir cuando se está de viaje de negocios en uno de esos "tiempos muertos", en los que no estás en tu casa y esperas cualquier acontecimiento de trabajo al día siguiente, de pronto te encuentras en un hotel, fuera del mundo, con la única misión de darte un vuelta mapa en mano, si te apetece. Si te ocurren en tu ciudad, en el lugar en el que supuestamente se encuentra tu familia, tus amigos y tus seres queridos, si nadie te molesta, si nadie te quiere ver, ni comer contigo, ni saber de tu vida, ni tan siquiera pedirte un favor, has conseguido lo que no es nada nada fácil, pasar a la categoría que yo denomino "seres supérfluos".
Los seres supérfluos somos esos que si desapareciéramos un buen día nadie nos echaría en falta ni se daría cuenta de nuestra ausencia. Somos de esos seres cuyo cadáver sería descubierto por el sospechoso hedor que se cuela por debajo de la puerta.
Qué solos estamos... pero a cambio siempre podremos dormir una mañana de domingo y engañar al sol que intenta una y otra vez despertarnos para lo que muchos llaman " disfrutar del día".
Sunday, January 14, 2007
Sunday, January 14, 2007
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